El uso de Símbolos Paganos por Papa y Obispos
El jefe de la "Iglesia Católica", el llamado "Papa", lleva como símbolo de su primacía, una Mitra con forma de pez con la boca abierta.
La explicación oficial que se nos da es que la Mitra simboliza al cristiano, que es pescado por Cristo. Recordemos que en griego, las iniciales de "Jesús, Cristo, Hijo de Dios, Salvador" forman la palabra 'Pez"... Sin embargo, el origen de la Mitra es en mucho anterior al cristianismo.
En ningún lado de la Palabra de Dios nos habla del uso de la Mitra por los apóstoles, obispos o ancianos, ni tampoco establece una primacía entre ellos, pues la única cabeza es Cristo. "Y El es la cabeza del cuerpo que es la iglesia; El que es el principio, el primogénito de los muertos, para que en todo tenga el primado" (Colosenses 1.18).
Entonces, ¿de donde viene la utilización de la Mitra?
Tenemos que volver la vista de nuevo a las religiones paganas; es en Babilonia donde el sumo sacerdote del culto a Semíramis, llevaba una Mitra como símbolo del "dios Dagon", el dios pez.
Cuando el ejército macedonio - persa ocupó Babilonia, se produjo la huida del sumo sacerdote y algunos adeptos a la ciudad de Pérgamo y de allí a Italia, estableciéndose como religión Etrusca. Es allí, ya en tiempos de la influencia romana, cuando el culto paso al Imperio y fue Julio Cesar, tras ser iniciado en los inisterius babilónicos, el que unifica el poder religioso y político en una misma persona, pasando a ser el propio Cesar la reencarnación de un dios.
Desde entonces los emperadores romanos llevaban la Mitra como símbolo del sumo sacerdocio de la religión pagana, llamándose "Pontificex Maximus".
Es Constantino, en el edicto de Milán del año 313 D.C., quien legaliza la religión cristiana y, posteriormente, la instituye como religión oficial del Imperio. Se unifican, en este importante personaje, los primados político y religioso - cristiano del Imperio.
Es a partir de él, que los "Papas y obispos" llevan el título de "Sumos Pontífices" y la Mitra, como símbolos de su primacía religiosa.
CONCLUSIÓN: Detengámonos aquí un momento y veamos, anticipadamente, a qué profunda degradación intelectual condujo esta política de paganización; se adoptaron los ritos gentílicos de pompa y esplendor; los vistosos trajes, las mitras, las tiaras y las hachas; los oficios procesionales, las lustraciones y los vasos de oro y plata; el lituo romano, insignia principal de los augures, se convirtió en báculo pastoral.
Se edificaron las iglesias sobre las tumbas de los mártires y fueron consagradas con ritos tomados de las antiguas leyes de los pontífices romanos.
Las fiestas y conmemoraciones de los mártires se multiplicaron tanto como los innumerables hallazgos ficticios de sus restos;
el ayuno vino a ser el gran medio de ahuyentar al demonio y de apaciguar a Dios; el celibato la mayor de las virtudes, se hicieron romerías a Palestina y a las tumbas de los mártires, y grandes cantidades de tierra y polvo traídas de los Santos Lugares fueron vendidas a precios enormes, como antídotos contra el demonio; se ensalzaron las virtudes del agua bendita.
Se introdujeron en las iglesias imágenes y reliquias que eran adoradas a usanza de los dioses gentiles, y se operaban milagros y prodigios en ciertos parajes como en tiempo de los paganos.
Se invocaban las almas bien aventuradas de los cristianos muertos y se creía que andaban errantes por el mundo o rondaban cerca de los sepulcros; se multiplicaron las iglesias, los altares y los hábitos penitenciarios. Se inventó la fiesta de la purificación de la Virgen, para desterrar la intranquilidad del ánimo de los convertidos paganos que echaban de menos las lupercalias o fiestas de Pan.
El culto de las imágenes, de los pedazos de cruz o de huesos, de los clavos y otras reliquias, un verdadero fetichismo, fue cultivado; dos argumentos se empleaban para demostrar la autenticidad de estos objetos; uno la autoridad de la Iglesia, otro el poder obrar milagros. Eran venerados hasta los raídos trajes de los santos y la tierra de los sepulcros.
Se trajeron de Palestina unos esqueletos, que se afirmaba eran los de San Marcos, Santiago y otros antiguos justos.
La apoteosis de los antiguos tiempos de Roma fue sustituida por la canonización, y santos tutelares ocuparon el lugar de las divinidades mitológicas locales.
Luego vino el misterio de la Transustanciación, o la conversión por el sacerdote del pan y el vino en el cuerpo y sangre de Cristo, y al paso que transcurrían los siglos iba siendo la paganización más completa.
Se instituyeron fiestas religiosas en recuerdo de la lanza con que fue atravesado el costado del Salvador, de los clavos con que fue asegurado a la cruz y de la corona de espinas; y aunque varias abadías poseían a un tiempo algunos ejemplares de estas incomparables reliquias, nadie se atrevía a decir que era imposible la autenticidad de todas ellas.
Se puede afirmar que realmente el Catolicismo es por tanto una simbiosis perfecta de Cristianismo Primitivo y Paganismo.
Cabria decir que el Paganismo logro sobrevivir en el Catolicismo difuminando sus señas de identidad.
La dudas, el debate y las preguntas fundamentales en torno al Catolicismo serían:
1.-¿El Catolicismo es una adaptación Pagana del Cristianismo con una asimilación de los diferentes cultos y creencias que se dieron en el entorno geográfico e histórico del Imperio Romano hasta la creación de una Religión identificadora y unificadora para todo el Imperio Romano, que ha sobrevivido posteriormente a su creación hasta llegar a nuestro días, con un inmenso poder y capacidad de influencia?
O por el contrario:
2.- ¿ El Catolicismo es fruto de una adaptación del Paganismo al Cristianismo, por parte de ciertos sectores Cristianos, que salvando en parte el fondo ético y moral del Cristianismo aceptaron las formas Paganas Cristianizándolas, para una mejor propagación de su visión Cristiana, convertida ya en Catolicismo, y sirviendo de elemento de unión e identificación para todo el Imperio Romano?
La Biblia señala en relación a las influencias en materia de religión y la relación con Dios:
"El es el objeto de tu alabanza y tu Dios" (Deuteronomio 10.21)
"Porque yo protesto a cualquiera que oye las palabras de la profecía de este libro. Si alguno añadiere a estas cosas, Dios pondrá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitara su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad, y de las cosas que están escritas en este libro.
El que da testimonio de estas cosas, dice. Ciertamente, vengo en breve. Atoen, sea así. Ven: Señor Jesús" (Apocalipsis 22.18-20).
Rituales Católicos: ¿Cristianos o Paganos?
En este artículo, deseo hacer llegar mi sensación de sorpresa, al estudiar sobre este tema y comprender que la mayoría de las fiestas, llamadas cristianas, tienen un trasfondo pagano y por lo tanto sin justificación bíblica.
Tras la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo, los cristianos, de tradición judaica, solamente celebraban la Resurrección y Pentecostés, como nos queda reflejado en la propia Palabra de Dios: "Porque Pablo se había propuesto pasar adelante de Efeso, por no detenerse en Asia: porque se apresuraba por hacer el día de Pentecostés, si le fuese posible, en Jerusalén (Hechos 20.16), "Empero estaré en Efeso hasta Pentecostés" (Primero de Corintios 16.8).
Fue más adelante, a partir del siglo tercero de nuestra era, cuando se empiezan a conmemorar fiestas, que ahora todos conocemos.
En general, el cristianismo de entonces quiso asimilar, no en el fondo, pero si en la forma, las antiguas conmemoraciones paganas, incorporándolas a sus ritos, pero no se dieron cuenta de que eso era imposible y que se alejaban de la voluntad de Dios que quiere que su pueblo no se contamine con los rituales del inmundo. Por mucho que se cambien los nombres de las deidades paganas por nombres de "santos", "Virgen" o el propio "Señor", el trasfondo seguía siendo el mismo, como veremos a continuación.
Voy a analizar, muy por encima, algunas de las fiestas centrales del catolicismo:
La Navidad y la Epifanía
Hasta el siglo IV de nuestra era no se comenzó a celebrar el nacimiento de Jesucristo, pero sin concretar, por la tradición una fecha fija. Así, hubo dos fechas: 25 de diciembre y 6 de enero.
La primera es la que se instituyo en el Imperio Romano de Occidente, mientras que la segunda lo fue en el de Oriente.
Ahora bien, estas fechas no tienen una certeza cronológica con la verdadera fecha de nacimiento de Jesucristo, pero si tienen una coincidencia con las festividades paganas, de las religiones clásicas, tanto romanas como helenísticas (incluida la egipcia.)
Vamos a analizarlas por separado:
25 de diciembre
Era conocida en el imperio occidental como las fiestas del solsticio de invierno, por lo tanto un culto pagano. En el se celebraba el término del acortamiento de las noches y el triunfo del "dios sol"', con el alargamiento del día.
Fue entre los años 324-325 D. C. cuando se decidió su institución como fiesta cristiana, pasando de conmemorar la llegada del invierno al nacimiento del Salvador.
Mitra, encarnación del Sol Invicto, cuya festividad era el 25 de diciembre, solsticio de invierno, era por aquellos años el dios persa más popular, importado a Roma por los propios legionarios romanos, con más de dos mil templos sólo en Roma-capital. Era, pues, el dios más venerado del Imperio Romano esos años, y por tanto el primer dios a cristianizar, puesto que ya se estaba cristianizando todo:
Virbio, antiguo Hipólito griego, era el San Hipólito cristiano;
la fiesta de la Pailia fue San Jorge; la fiesta del agua, San Juan Bautista; la fiesta de Diana, la Asunción;
la de los muertos, el Día de Todos los Santos, aunque el día siguiente sigue siendo el de los difuntos;
y así todo el santoral católico.
El 25 de diciembre, solsticio de invierno, religiosamente era el día del Sol Invicto en Roma, de Mitra por tanto. Pero desde muchos siglos antes había sido el día en que había nacido el sol, especialmente en Siria y Egipto, donde los/as celebrantes, reunidos en capillas interiores, salían a medianoche gritando que la Virgen había parido un niño, y la Luz había aumentado. Incluso representaban al recién nacido sol en la imagen de un niño que sacaban al exterior, presentándolo a sus adoradores.
Sin duda esta Virgen que el 25 de diciembre paría al sol era la Gran Virgen Madre, personificación de la naturaleza, de la que ya hemos hablado. Pero como ya estaba cristianizada en la madre de Jesús, la Virgen María, madre de Cristo, y por tanto de la Trinidad, madre de Dios, como esa Gran Virgen Madre lo era de todos los dioses, la Virgen cristiana que ese 25 de diciembre cristiano parió a Cristo fue la Virgen María. Por supuesto, la Gran Virgen Madre de todos estos pueblos, Cibeles en Roma, era Virgen Celeste, Diosa Celestial, etc.
El 25 de diciembre era pues el día del nacimiento de Mitra en Roma, siendo Mitra el sol, y la Iglesia de Roma acordó que fuese el día del nacimiento de Cristo, pues la religión mitraica era invento del diablo, codicioso de apartar las almas del cristianismo.
Los cristianos de Egipto habían acordado que Cristo naciera el 6 de enero, pero la Iglesia de Roma acordó que ese día no era el de la Navidad (nacimiento), sino el de la Epifanía (manifestación), e impuso esa fecha en toda la cristiandad, incluyendo las iglesias orientales, aunque la de Antioquia no lo aceptó hasta el año 375 d. C.
Otra importante fiesta coincidía en tiempo y era la celebración del nacimiento de Horus, o la resurrección de Osiris, (Ra), nacido de una virgen (Isis) y que seguía siendo virgen después del alumbramiento, pero esto es objeto de otro artículo.
6 de enero
Era la fecha de conmemoración de la "fiesta de la Luz"; en esta fiesta se celebraba el nacimiento del Sol, así en Alejandría, la noche del 5 al 6 de enero se recordaba el nacimiento del Tiempo, Aion, con una procesión de antorchas hasta el templo de Korion. En la procesión se entonaba el siguiente canto "La virgen ha dado a luz, la luz aumenta, la Virgen ha dado a la Luz, el Aion". Este culto pasa a la cultura griega y es ritualizado en todo el imperio heleno.
En cuanto a su cristianización, en el imperio de Oriente, como en la actualidad en la religión ortodoxa griega, se celebra el nacimiento de Jesús, mientras que en Occidente se instituye la Epifanía o fiesta de visitación de los Reyes de Oriente.
Semana Santa
Como en las fiestas de la Navidad, su conmemoración comienza en el siglo IV D. C. y copio en ésta también tiene su base en una celebración pagana; el culto al dios Atis, celebrándose su muerte y su posterior resurrección que era el 25 de marzo, Ese día fue en la iglesia católica el de la Pasión y Resurrección de Cristo, después Viernes Santo.
Nuestro Señor Jesucristo no nos manda recordar su muerte y resurrección de forma especial en una fecha determinada, sino conmemorarlo siempre que tomemos la Santa Cena.
Pascua de Resurrección
La fiesta de la Pascua se celebra siempre el primer domingo siguiente a la primera luna llena de primavera, por eso su carácter cambiante.
Bien, esta fiesta es similar a otra egipcia que se celebraba el mismo día, para conmemorar la entrada de Osiris, (Ra), en la Luna. En la gran fiesta egipcia es así la de Khoiak (mes otoñal), a la que se asocia la de Sed, que tenía por objeto rejuvenecer al faraón y renovar su reinado, a los 30 años de su coronación, con el Nilo esta vez divinizado como Osiris, (Ra).
La fiesta comenzaba el día 12 con ceremonias de arada y siembra, y el 21 una imagen de Osiris, (Ra), modelada en oro, con la forma de una momia, se cubría con una mezcla de cebada y avena, se envolvía en esteras y se guardaba en un estanque poco profundo, donde se regaba todos los días.
El 22 la exponían al sol antes del crepúsculo, y la enviaban a hacer un viaje misterioso, juntamente con otras imágenes parecidas, iluminadas todas con antorchas, hasta el día 24. Después la metían en un ataúd de madera de moral y se enterraba en una fosa, de la que se había sacado la imagen del año anterior para colocarla en un sicómoro.
El día 30 se escenificaba el enterramiento de Osiris, (Ra), en una cámara subterránea, con la imagen dentro del ataúd, sobre un lecho de arena.
En los bajorrelieves aparece siempre Osiris, (Ra), levantándose de su ataúd, asistido por Nefitis, Isis y Horus, y se le presenta la cruz con asas, símbolo de la vida, mientras el alma de Osiris, (Ra), aparece representado en forma de halcón, con las alas desplegadas.
Hay otros bajorrelieves demostrando otros ritos y cultos, pero no me detengo en ellos, pues cada ciudad tiene en realidad sus dioses, cultos, templos y ritos.
Pero me interesa resaltar que nos hallamos ya ante un culto y rito de muerte y resurrección, incluso con cruces, y algo tenían que saber de esto los inventores de los Evangelios cristianos.
En Egipto este Osiris, (Ra), era siempre alusión al Nilo y al faraón, así como Horus era el faraón rejuvenecido. Por eso esta fiesta era la apropiada para coronar a los faraones. El bajorrelieve del templo de Isis, en Filae, nos presenta a Osiris, (Ra), aún yaciente, pero con espigas de trigo, que semejan velas católicas, encima de su cuerpo, y un sacerdote regándolas: lo que indica que esta es una fiesta que simboliza la cosecha. Pero en el fondo, como he dicho, tales muertes y resurrecciones simbolizan siempre las crecidas y descensos del Nilo.
En Mesopotámica las crecidas y bajadas del Tigris y Eufrates no eran regulares, pero ambos ríos también son dioses, y lo natural es sobrenatural, por creencia. En consecuencia había fiestas alegres o tristes, simbolizando siempre los esfuerzos colectivos para poder pasar sanos desde épocas de privaciones a otras de abundancia.
Se coronaba también a los reyes el día de Año Nuevo, y también eran los reyes los encargados de relacionarse con los dioses, pues se les consideraba sagrados.
En Babilonia y Caldea las principales fiestas eran las de primavera y otoño, y las más famosas las que se celebraban en el templo de Esagila. El segundo mes de Nisan se purificaba el templo dos horas antes de amanecer. El urigallu (gran sacerdote) se lavaba con el agua del río, y se ponía un vestido de lino. Después invocaba a Bel (Marduck) como señor de los reyes, luz de la humanidad y árbitro de sus destinos. Abría entonces las puertas del santuario, y sacerdotes y cantores entraban para realizar los ritos prescritos, que no especifico, pues las fiestas y ritos duraban cinco o seis días. Sí me interesa citar que las ceremonias terminaban con el rey confesando que había cumplido con sus deberes sagrados, y el urigallu absorbiéndole y bendiciéndole en nombre de Marduk, por lo que tenemos de nuevo a monarcas sagrados, sometidos a sacerdotes. Incluso tras estas ceremonias era cuando el urigallu confirmaba al divino rey en su trono.
La muerte y resurrección aparece también en los cultos de Baal y Anat, en Siria, expresadas como lucha entre fuerzas opuestas. Durante el cálido verano Arayan, dios de la tormenta y la atmósfera, era asesinado por su enemigo Mot, señor del infierno y la muerte, la sequía y la esterilidad. Mientras Arayán estaba en el infierno la vegetación se marchitaba, y el suelo permanecía árido; con su resurrección terminaba la sequía y la fecundidad volvía a las tierras.
En las fiestas de otoño el conflicto era entre Baal y el Príncipe del Mar, representando Baal de nuevo la fertilidad, por lo que su muerte se identificaba con los meses secos, y su resurrección con los húmedos.
Además de estas fiestas se sacrificaban dos corderos cada luna nueva, y de vez en cuando los setenta hijos de Anat se banqueteaban con carne de bueyes, ovejas, cabritos, terneras y cabras. Había también matrimonios sagrados del rey y la reina.
Ya sabemos que Yaweh, el dios de Abraham, era dios del desierto, por lo que también era fenicio, bajo el nombre de Ahí-yabu, abreviado a Yo o Yau.
En Anatolia la fiesta principal (Purulliyas), de origen hitita, se celebraba en primavera, conmemorándose la muerte del dragón Iluyanka por el dios atmosférico de Hatti. Hay varias versiones de esta fiesta, en realidad el dragón vuelve a simbolizar la sequía, y existían otras fiestas en las que los hombres de Hatti combatían con los de Masa, por lo que no me detengo en resumirlas. Otra gran fiesta era la de Año Nuevo.
En el Egeo y Grecia se celebraban también fiestas agrícolas con ocasión de la labranza, siega y recolección. Se sacrificaban animales, y se los comían con acompañamiento de música, bailes y juegos, originariamente con sentido sagrado. El calendario griego nació también de estos ritos agrícolas, bajo el patrocinio de Apolo y los oráculos délficos en tiempos de las ciudades-Estados.
De estas fiestas nació la tragedia, y como principales fiestas helénicas vamos a citar las Tesmoforias, Talisias, Antestarias, fiestas de Eleusis y dionisíacas.
Deméter, diosa de los cereales y Madre Tierra, y su hija Core, doncella del trigo, originaron la fiesta de las Tesmoforias, celebrándose la vegetación, en otoño, en octubre o noviembre. Fiestas sólo de mujeres, que confeccionaban lechos con enramadas, y se echaban sobre el suelo, para promover la fertilidad del trigo recién sembrado, y asegurar su propia fertilidad. La precipitación de cerdos consagrados a Deméter en simas subterráneas representaba el descenso de Core a los infiernos de Plutón, y la recuperación de los restos putrefactos, de los cerdos arrojados el año anterior, conmemoraba el hundimiento del porquero Eubeleo y su piara, cuando Core fue raptada.
Las Talisias se celebraban en junio-julio, agradeciendo a Deméter la cosecha, y toman su nombre porque se ofrecía a la diosa pan con el trigo nuevo (talisión arton). En Atenas se colocaron estas fiestas bajo el patrocinio de Apolo, y se azotaba en ellas a un criminal, en ritual de purificación, pero para asegurar también buenas cosechas.
Las Antesterias, fiestas de las Flores, servían para abrir las cubas de vino, que en Atenas se llevaba al santuario de Dionisos, distribuyéndose entre los mayores de cuatro años en vasijas pequeñas. Dionisos era transportado en un carro en forma de barco, celebrándose un matrimonio sagrado con la mujer del arconte, para favorecer la fertilidad. Por la tarde se ofrendaba a los difuntos verduras y ollas con comida, así como libaciones.
Los misterios eleusinos menores se celebraban en Agras, un suburbio de Atenas, y conmemoraban la siembra del trigo nuevo. Originarios de Creta, suponían procesiones solemnes de reyes sagrados sobre tronos portátiles, seguidos por los devotos a lo largo de la Vía Sacra, hasta los santuarios palatinos, donde se celebraban danzas sagradas y otros ritos parecidos. Los neófitos o mystae, tras instrucciones secretas sobre lo que les iba a ser revelado tras purificaciones y ascetismos, se bañaban en el mar y vagaban por la costa con antorchas encendidas. Después celebraban una vigilia nocturna, sentados en bancos cubiertos de pieles de oveja, y contemplaban espectáculos supuestamente sagrados, que no debían revelar a los profanos. Estos espectáculos se referían al rapto de la doncella del trigo, llevada a los infiernos en el carro durado de Pluto. Su madre, Deméter, la buscaba con una antorcha encendida, y su pena hacía estéril a los campos, hasta producir hambre universal. Disfrazada de vieja, llegaba a Eleusis, sentándose en un banco cubierto con piel de carnero, junto a un pozo al lado de un camino, y allí le contaba a las hijas del rey Keleos una historia fantástica acerca de la pretendida huida de unos piratas, y la llevaban a su casa, donde se convertía en niñera de Domofonte, hermano menor de aquellas niñas e hijo más pequeño de la reina. Deméter, agradecida, le hizo inmortal, alimentándole con ambrosía durante el día, y poniéndole por la noche en la hoguera para eliminar su mortalidad. Aterrorizada la madre al ver a su hijo en las llamas, Deméter se revelaba, abandonaba sus intenciones de hacer inmortal a Demofonte, y ordenaba que se le construyera un santuario en la colina, junto a la Fuente de la Virginidad. Allí debían celebrarse los ritos que ella misma enseñaba para que todos los iniciados en estos ritos adquiriesen la inmortalidad. Pero la sequía y el hambre duraron un año más, hasta que intervino Zeus, convenciendo a Deméter para que permaneciera su hija la tercera parte del año en el infierno de Plutón, acompañada de dos tercios de la Tierra.
Entonces reapareció la vida, y empezó a llover, hasta que con la vuelta de Core a los infiernos, en Otoño, volvía la esterilidad, esperando su resurrección en primavera.
Las fiestas dionisíacas helenas nunca fueron tan desenfrenadas como las traco-frigias, pues fueron una esperanza de inmortalidad, según la doctrina órfica de la reencarnación, que conducía finalmente a los Campos Elíseos. Pero fueron fiestas de tradición vegetal, en las que se identificaba a Deméter con Rea, madre de Zeus, del que concibió a Core, madre de Dionisos. Alusiones todas a la mítica unión de cielos y Tierra, con presencia también de las Ménades en algunos lugares, por lo que en Roma estas fiestas volvieron a ser bacanales tan salvajes que tuvieron que ser prohibidas por el senado, el 185 a. C.
El verdadero origen de la Pascua se remonta al año 1513 antes de Cristo, cuando el pueblo judío emprendió su éxodo desde Egipto, hacia la Tierra Prometida. Se celebraba cada año, como recordatorio de la liberación del pueblo hebreo.
En la víspera del primer día, se comían hierbas amargas mojadas en vinagre, para recordar la tristeza de la servidumbre. Y se narraban en tono cadencioso cánticos que hacían alusión a las diez plagas de Egipto.
El cordero de Pascua era escogido por cada familia. Con el tiempo, la ceremonia de inmolación fue llevada a cabo por la clase sacerdotal. El animal debía ser un macho cabrio, sano y de un año de edad. Se inmolaba al finalizar el día; y por la noche se comía con lechugas amargas. No estaba permitido romper sus huesos, ni dejar restos de carne. Por esta razón, los israelitas se reunían en grupos, para cumplir con las prescripciones de orden sagrado. Durante los siete días posteriores al 14 de Nisán (mes del calendario israelita correspondiente a marzo - abril del calendario español), el pueblo hebreo sólo comía pan sin levadura (no fermentado), al que llamaban "ázimo" o "pan de aflicción".
Por su parte, para los cristianos, la Pascua es la fiesta instruida en memoria de de la resurrección de Cristo.
El registro bíblico dice que la noche anterior a su muerte, Jesús se reunió con sus discípulos para celebrar la Pascua judía.
Posteriormente, instituyó lo que se conoce como la "Cena del Señor", y dijo a sus apóstoles "Sigan haciendo esto, en memoria de mi" (Lucas 22:19). La Cena del Señor debía celebrarse una vez al año; con ella se conmemoraba la muerte de Cristo.
Las tres principales fiestas judías son y eran la de la Pascua, la de los Tabernáculos y la de Expiación.
La de Pascua (Pesach), ya señalada anteriormente, se celebraba en la luna llena más próxima al equinoccio de primavera, cuando las primeras crías de las ovejas se ofrecían a un dios que simbolizaba la fertilidad del ganado, en un contexto lunar. Estas fiestas primitivas recordaban también una supuesta matanza de primogénitos egipcios, a cargo de Yahweh. Como después se conmemoró con esta fiesta la salida de Egipto (Exodo), el primigenio rito de pastores se combinó con la fiesta agrícola del Pan Ácimo (Massoth), en la que al principio el cordero pascual se comía deprisa, con hierbas amargas y pan sin levadura, para que fuese comido y quemados sus restos antes de salir el sol. Al principio la carne viva y sangrante se consumía en rito sacramental, y el manchar con la sangre del cordero los dinteles y jambas de las puertas fue medio religioso de espantar a los demonios. El Massoth está, pues, tomada de los cananeos, mediante la cual celebraban la cosecha de la cebada. Y era ya fiesta solar. Por eso siete días después se ofrendaba a Yahweh panes de trigo, cocidos con levadura, en la Fiesta de las Semanas (Shabu´oth). Tras la destrucción de Jerusalén, en el 71 d. C., la Pascua es ya fiesta doméstica.
En otoño se celebraba la Fiesta de los Tabernáculos (Sukkòth), al final de la vendimia, por lo que era también fiesta tomada de los cananeos. Celebraba el fin del año agrícola, y las primeras lluvias. Simbolizaba, por tanto, también la muerte y resurrección del dios del año, aunque los yavistas lo transformaron en la victoria de Yahweh sobre el caos primitivo, y su dominio sobre todos los reyes y naciones de la Tierra.
Por eso llevaban el Arca, en procesión solemne, al Templo, donde era aclamado como Señor y Soberano universal, triunfante sobre todo el mundo; y se pedían sus bendiciones para el año siguiente, mediante la renovación de la Alianza (Bêrith). Esta fiesta es similar, por otra parte, a la de Akitu, en Babilonia y Arcadia, por lo que Yahweh aparece asociado con Anat en los papiros de Elefantina.
Según Ezequiel en estas festividades las mujeres lloraban por Tammuz en el templo, y en Israel esos llantos se substituyeron por Salmos de lamentación. Ambos ritos expresaban, por tanto, la muerte del Dios Joven.
El primer día del séptimo mes se celebraba la Fiesta de la Expiación, con ritos distintos en épocas distintas:
a mediados del s. IV a. C. se sacrificaban un becerro y un carnero, y se sorteaban dos machos cabríos, sacrificándose el destinado a Yahweh, y enviándose al desierto el destinado a un demonio en forma de cabra llamado Azacel;
después el ritual fue más complicado y simbólico, arrojándose los esqueletos de los animales sacrificados en el campamento;
al final esta fiesta quedó reducida a un gran sábado. De todas formas, para el perdón de los pecados, se exigía que las ofrendas fuesen acompañadas de arrepentimiento. Y ya el macho cabrío simbolizaba en esta fiesta los pecados del pueblo, por lo que vean que histórica y conceptualmente el catolicismo es también judaísmo: Cristo como Cordero de Dios, que expía los pecados del mundo.
La Nueva Enciclopedia Británica explica que los primeros cristianos celebraban la Pascua del Señor, al mismo tiempo que los judíos, durante la noche de la primera luna llena pascual (del día 14 de abib), del primer mes de primavera (14-15 de Nisán).
A mediados del siglo II, la mayoría de las iglesias había trasladado esta celebración, al domingo posterior a la festividad Judía. El Viernes Santo y el día de la Pascua Florida no empezaron a celebrarse como conmemoraciones separadas en Jerusalén, hasta finales del siglo IV. (Fuente: Seasonal Peast and Festivals).
Antiguamente, los clérigos eran los encargados de bendecir el cordero pascual y luego lo repartían entre ellos. Más tarde, el cordero fue sustituido por pequeños pasteles de carne de cordero, que se distribuían a los feligreses, luego de la misa.
En el mundo Anglosajón otros registros históricos mencionan que los orígenes de la Pascua Florida (en ingles "Easter") se remontan a la fiesta primaveral en honor a la diosa teutónica de la luz y la primavera, conocida como "Easter". (The Westminster Dictionary of the Bible).
La primavera era una época sagrada para los adoradores fenicios del sexo. Los símbolos de la diosa de la fertilidad; "Astarté" o "Istar" eran el huevo y la liebre. En algunas estatuas se la representa con los órganos sexuales toscamente exagerados, mientras que en otras figuras aparece con un huevo en la mano y un conejo a su diestra.
La popularidad de esta deidad, se debió en parte a la amplia difusión que tuvo en la antigüedad la prostitución sagrada, como parte del culto.
En Cartago, se descubrieron urnas de colores brillantes, debajo de monumentos erigidos en honor a esta diosa, que contenían huesos carbonizados de niños y adolescentes.
Sucede que los padres de las pequeñas víctimas (por lo general, personas de alto rango y con títulos) esperaban que los dioses bendijeran sus riquezas e influencias, mediante estos sacrificios humanos.
Según el libro Medieval Holidays and Festivals: "La celebración de la Pascua Florida recibió su nombre (Easter), en honor a Eostre, diosa germánica del alba y la primavera".
Cuenta la leyenda, que Eostre abrió las puertas del Walhalla, para recibir a Valder, conocido como el Dios Blanco, debido a su pureza y también, como el Dios Sol, porque se creía que su frente suministraba luz a la humanidad.
Originalmente, estos ritos de la primavera fueron concebidos para "ahuyentar a los demonios del invierno".
Son notables las similitudes de los ritos; incluso la semejanza léxica y morfológica que tiene la palabra inglesa Easter (Pascua Florida), apenas diferenciada del nombre de la diosa pagana de la antigüedad (The Two Babilons, de Alexander Hislop).
Fue así como poco a poco, la tradición fusiona el significado cristiano con ceremonias paganas. Aquellos rituales, imposibles de desarraigar eran reasimilados bajo nuevas formas. El júbilo por el nacimiento del sol y por el despertar de la naturaleza, se convirtió en el regocijo por el nacimiento del sol de la justicia y por la resurrección de Cristo.
Festividad del 15 De Agosto
Para el catolicismo en este día se celebra la ascensión de María al cielo. Este hecho, como la mayoría de los que estamos analizando aquí, carece de base bíblica, pues es una tradición que hasta el año 1950 no ha sido objeto de dogma de Fe.
Como en todas las festividades analizadas tiene una coincidencia pagana; a mediados de agosto se celebraba en la antigua Grecia y en Roma, el culto a Hécate - Artemisa - Diana, "diosa de la Luna y Reina del Cielo" con objeto de evitar que enviara las tormentas que tan dañinas son para las cosechas en estas fechas.
Diana, la Artemisa romana, cazadora y protectora de parejas fértiles, era pues una de las Vírgenes Madres neolíticas, y por tanto tenía su Virbio, Hipólito romano, equivalente al no menos neolítico Dios Joven. Su festividad era el 13 de agosto, en cuyo día el bosquecillo se iluminaba con multitud de antorchas, desde los anteriores tiempos en que Diana era adorada como Vesta, y por eso las sacerdotisas de Diana eran vestales. Ese día no se cazaba, pues la juventud celebraba ceremonias purificadoras, y después todos los que hoy llamaríamos romeros degustaban de un festín, a base de cabrito, buen vino y frutas.
Todos los Santos y Difuntos
La víspera del 1 de noviembre coincidía con una festividad, pagana, celta, la del "Samhein", fiesta que marcaba el final del verano y de las cosechas, para pasar a los días de trío y de oscuridad. En esa noche se creía que el dios de la muerte hacia volver a los muertos, permitiendo comunicarse así con sus antepasados.
También esta práctica era habitual en el pueblo romano, pues el 21 de febrero celebraban la fiesta de "Feralia" ayudando con sus oraciones a la paz y el descanso de sus difuntos.
En la tradición católica esta festividad se inicia cuando el "Papa" Bonifacio IV, el 13 de Mayo del 609 o 610, consagró el "Panteón de Agripa" al culto de la "Virgen y los mártires", comenzando así una fiesta para conmemorar a esos santos anónimos, desconocidos por la mayoría de la cristiandad, pero que por su fe y obras, son dignos de reconocimiento por toda la humanidad.
Es el Papa Gregorio (731-741) el que cambia la fecha del 13 de mayo a la del 1 ° de noviembre. El porque ya lo conocemos, asegurarse así la conversión, a cualquier precio, de estos pueblos, adoptando así prácticas paganas.
Como habrás podido leer, existen razones claras para desechar tales festividades, puesto que ninguna de ellas tiene base en la Palabra de Dios y por lo tanto, estamos ante ritos paganos, eso si cristianizados, pero sin sentimiento espiritual cristiano.
Creo que lo que quiere el Señor es que celebremos, si a ti te ha sucedido, cada uno su Pentecostés, es decir, su nacimiento de nuevo y dar gracias, a diario, por este gran advenimiento, pues Cristo mora en nosotros a través de su Espíritu.
En el mundo Protestante o Evangélico también se da la influencia pagana en el caso concreto de HALLOWEEN: Nombre derivado de "All Hallows Eve" o "Víspera del día de todos los santos" y se celebra la noche del 31 de octubre.
Origen: Se deriva de los ritos de los Druidas (sacerdotes de tribus europeas llamadas Celtas) para celebrar el día en que "Samhein", el dios de los muertos, invocaba a los malos espíritus a reunirse la última noche del año para examinar los acontecimientos del futuro y además para que visitaran sus antiguos hogares en la tierra.
Desarrollo: Cuando los romanos conquistaron los territorios dominados por tribus Celtas, especialmente en Escocia e Irlanda, añadieron a esta "fiesta", el festival romano de "La Cosecha" que realizaban el 1º de noviembre en honor de Pomona, diosa de los árboles frutales y cambiaron su celebración para el 31 de octubre.
Costumbre: En la religión de los Celtas, se daba culto a numerosos dioses y objetos naturales como árboles y pozos y sus sacerdotes, los Druidas, que generalmente eran adivinos, magos o brujos, acostumbraban prender grandes fogatas en Halloween, aparentemente con el propósito de protegerse de los malos espíritus. Otras costumbres de influencia romana que aún persisten es el de divertirse con frutas; tal como el pescar manzanas con la boca en un recipiente con agua o el de formar caras grotescas en calabazas huecas y encender veladoras, dentro de ellas. Gradualmente la fiesta del inicio del otoño adquirió un carácter siniestro, se creía que ese día, fantasmas, hadas, brujas, demonios de todas clases y duendes, rondaban por ahí. Era el tiempo favorable para aplacar los poderes sobrenaturales. Asimismo se creía que Halloween era el día más apropiado para todo tipo de adivinaciones acerca del matrimonio, suerte, salud y muerte. Este era el día en el que de una manera tan especial los paganos invocaban la ayuda del diablo para esos propósitos.
Por el año 43 A. de C. los romanos conquistaron a los Celtas y más tarde llegó el cristianismo.
Desgraciadamente la fiesta pagana de Samán influenció la fiesta cristiana de "La Tarde de Todos los Santos " (All Hallows Eve) que se celebraba el mismo día. Lentamente "All Hallows Eve", dejó de ser una fiesta religiosa y se convirtió en una fiesta secular, en la que algunas prácticas y disfraces relacionados con ese sentido siniestro se desarrollaron. Había nacido Halloween.
En Escocia, algunos jóvenes se reunían para "jugar" juegos en los que adivinarían cuáles de ellos se iban a casar durante el siguiente año y en qué orden. A finales del siglo XIX inmigrantes irlandeses introdujeron la fiesta de Halloween en Estados Unidos de Norteamérica. La comercialización de esta " fiesta " fue iniciada principalmente por los mercadólogos estadounidenses buscando la ganancia económica por la venta de dulces, disfraces, tarjetas, posters, etc., utilizando ese día en forma "velada e inocente" ritos y costumbres derivados de cultos a Satanás, espíritus malignos y dioses paganos. El pueblo mexicano había permanecido ajeno a esto, pero en los últimos años se han infiltrado muchas costumbres norteamericanas, entre ellas el Halloween que ahora está difundido.
El inglés "Trick or treat" ( trato o truco) ha degenerado en un pochismo: "Triki, triki, Halloween", con lo que los niños van de casa en casa pidiendo dulces; si no les dan dulces y a veces aunque les den, rayan las paredes, rompen ventanas, focos o macetas. Las fiestas de Halloween por su aceptación y popularidad se están convirtiendo en una tradición que todo mundo celebra.
La Influencia Pagana en la Tradición Católica
Debemos reflexionar sobre las grandes influencias que ha tenido la tradición religiosa pagana (babilónica, egipcia, griega y romana, entre otras) en la mayoría de los ritos, imágenes y símbolos de la religión católica.
La propia Palabra de Dios, no faculta, sino que prohíbe, a todo cristiano el uso, ni siquiera para adorar a Dios, de imágenes, tal y como así nos lo expresa el propio Dios Padre, en los diez mandamientos (Deuteronomio 5).
¿Entonces, por que han sido usadas por la tradición católica?, ¿por que se han atrevido a cambiar la propia Ley divina?, ¿en verdad nos acercan a Dios?.
Introducción
Durante los tres primeros siglos de nuestra era, la Iglesia, tal y como nos aparece en las cartas de Pablo, estaba formada por pequeñas iglesias, familiares y locales. Estas seguían y cumplían el Evangelio de Cristo y por supuesto, la Ley de Dios. De forma progresiva, las primitivas iglesias fueron haciéndose cada vez más grandes y numerosas y por consiguiente surge el problema de su organización. Comienzan a adquirir los obispos un papel mucho más institucional, del cual la propia Palabra de Dios no nos dice nada, y así entramos en el proceso de desviación o "apostasía". Se mantienen reuniones o "concilios" para discutir sobre las cuestiones que afectan a la Fe y es aquí donde comienzan las importantes desviaciones del Evangelio.
Una de las principales se refiere a la permisividad general, por parte de la organización de aquel entonces, del uso de imágenes y ritos paganos, eso si cristianizados, para así acercar a las masas religiosas gentiles, a las que les había llegado el mensaje de salvación de Cristo, pero que bajo ningún concepto querían abandonar su idolatría (cultos y ritos), es decir, su propia cultura.
Iconografía y símbolos católicos:
Ningún católico puede negar la importancia de los escritos del Antiguo Pacto, o sea, el Antiguo Testamento, puesto que debemos entender que está completamente vigente, eso si, comprendido con la Luz del Nuevo Pacto, o sea, con el Espíritu Santo que mora en las personas que siguen el Evangelio de Cristo.
Partiendo de la premisa que nadie puede quebrantar ni cambiar los mandamientos (Mateo 5.17-20) y que toda la escritura está inspirada por Dios (2" Timoteo 3.16), tenemos que empezar a preguntarnos de dónde aparece la autorización para que se pueda representar a Nuestro Señor Jesucristo, a María, la madre del Señor, o a los llamados "santos" y mártires del cristianismo.
Si no eres un gran lector de la Palabra de Dios, es decir, de la Biblia, o no conoces bien las Escrituras, podrás pensar que en algún lugar del Nuevo Testamento aparecerá la autorización para que el Segundo Mandamiento (es decir, el que prohíbe realizar y adorar imágenes de lo que está en los cielos... Deuteronomio 5.2) se acomode al decálogo de la religión católica. Pues bien amigo/a, esto no se produce. Por lo tanto, el cambio se debió producir por una persona, llámese "Papa" u "Obispos", que por mucha autoridad en cuestiones de fe que se les pueda adjudicar, no tienen ninguna base divina para realizarlo.
Personalmente, no me atrevo a contradecir a nuestro Padre, es decir, a Dios "y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el cual esta en los cielos" (Mateo 23.9) y por mucho que alguien de este mundo me pueda justificar este cambio, no puedo seguirle, pues iría en contra del Evangelio de Cristo, que en ningún momento invalida los mandamientos.
Entonces, si los primeros cristianos, tal y como Pablo nos relata en sus cartas, seguían el Evangelio de Cristo y eran respetuosos con la Ley de Dios, ¿cuándo llegó el momento de la desviación'?. Es fácil la respuesta; por la tradición religiosa pagana.
En el transcurrir de los primeros siglos de nuestra era, el Evangelio de Cristo fue predicado por todo el Mediterráneo. En estos pueblos, receptores de la Palabra, chocaba de una forma frontal el que se les hablara de un solo Dios y mucho más que ese mismo Dios hubiese venido a este mundo, de una forma tan humilde, para dar su vida en sacrificio por nuestros pecados. Ellos creían en infinitos dioses y asimilaban en sus culturas a los dioses de los pueblos a los que conquistaban e, incluso, tenían un pedestal sin imagen para el Dios desconocido, tal y como nos relata Pablo en su viaje a Atenas "Porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Aquél pues, que vosotros honráis sin conocerle, a éste os anuncio yo" (Hechos 1 17.23).
Por su propia cultura creían que tener un solo Dios era símbolo de pobreza, así que las diferencias eran muchas, pero no insalvables para el Evangelio, para los que se entregaron a Cristo en cuerpo y alma. Sin embargo, conforme transcurre el tiempo, la Iglesia va siendo cada vez más numerosa e incluso llega a convertirse gente poderosa dentro de las instituciones del Imperio, es decir, va teniendo cada vez mas "prestigio", ya deja incluso de ser perseguida y con la llegada de Constantino es legalizada, deja de ser una Iglesia de Catacumbas para pasar a ser una "religión" con poder, que intenta dejar sin prosélitos a las otras religiones, es decir, las paganas, hasta llegar a ser consideradas éstas últimas ilegales y, la cristiana, pasar a ser la religión oficial del Imperio Romano. En este camino, que he tratado con tanta rapidez, pero de todos conocido, es donde se produce el hecho, el cual es objeto de este artículo, la desviación del Evangelio de Cristo.
La religión oficial del Imperio, tal y como he apuntado, era politeísta e idolatra. Sus templos estaban repletos de imágenes, a las cuales se las adoraba y se les ofrecían sacrificios y ofrendas. El origen de estos dioses era dispar, la mayoría procedía de la cultura helenística y a su vez ésta los adoptó de las culturas babilónica y egipcia. Roma lo que hacía era "latinizar" su nombre, así por ejemplo El Dios supremo de la mitología Romana era Júpiter, el cual era conocido en Grecia como Zeus, pero respetaba toda su doctrina y culto.
¿Como pudo influir esta religión pagana en el cristianismo de entonces, si las diferencias eran tan claras?. La respuesta tiene que ver con la idolatría, la cultura religiosa se basaba en el culto a las imágenes. Cuando a un pagano o gentil se le hablaba de Nuestro Señor, esta persona lo asociaba en un principio como a un dios más, pero tras una verdadera predicación, esa persona comprendía el verdadero sacrificio que El hizo por su pueblo, y por lo tanto empezaba a conocer la Palabra. Pero cuando el predicador le hablaba de que debía dejar sus ídolos, esta persona decía que NO.
El problema estaba en que este Nuevo Dios, el Dios verdadero, no tenía ni nombre ni imagen y por lo tanto, su base doctrinal era la Fe, el creer sin ver. La cultura pagana estaba basada en el respeto a los demás dioses, en las imágenes, en las fiestas, todo ello estaba enraizado en la sociedad imperial. No digo que no existieran cristianos verdaderos que se entregaran a Cristo en Espíritu y en verdad, todo lo contrario. Hablo del sentir general de la sociedad.
El problema de aquel entonces es bastante grande, puesto que por ese camino siempre seguirían siendo una Iglesia perseguida y proscrita. La solución la encontraron algunos hombres, que, llamándose cristianos, pensaron en algo que la misma Roma hizo en materia religiosa: respetar sus imágenes, eso si, convirtiéndolas en símbolos cristianos. PERO, ESTO IBA EN CONTRA DE LA PROPIA PALABRA DE DIOS, EXISTIA UN MANDAMIENTO QUE LO PROHIBIA.¡SOLUCION! ¡QUITAR EL MANDAMIENTO Y PROBLEMA RESUELTO!
Pero, ¿cómo mantener los ídolos paganos?, ¿existían coincidencias doctrinales que permitiesen el cambio de nombre?. La respuesta, sorprendentemente, es que SI.
Proceso de transformación de ídolo pagano en imagen católica:
Como he avanzado, resultaba que, en verdad, existían coincidencias doctrinales entre las creencias paganas y las cristianas. Estas coincidencias no eran totales, como te habrás podido imaginar. Así encontramos ciertos paralelismos, entre Cristo, María y Jehová, y ciertos dioses y diosas de la mitología griega, babilónica y egipcias principalmente, todas ellas adoptadas por una religión clásica que era la que dominaba el ámbito religioso del Imperio.
Comenzaré a analizar estas semejanzas y su proceso de aceptación en una naciente religión, la católica, que tal y como ahora ocurre, tiene en el ecumenismo su vía hacia un futuro en franca expansión.
El Culto a los Santos:
En las epístolas de Pablo, Pedro o Judas, aparecen en numerosas ocasiones, referencias a los santos como personas que se han entregado a Dios. Siempre son personas vivas, no tienen otro requisito ni mérito que el haber aceptado el mensaje de Salvación, es decir, simples cristianos. La palabra "Santo" es, pues sinónimo de apartado del mundo para Dios. No significa esto que sea un ermitaño, sino que ha renunciado a los deseos de la carne para servir en espíritu al Señor. Esto lo hace cualquier cristiano, no de nombre, sino de verdad, aquel que cumple verdaderamente el Evangelio de Cristo. "A la iglesia de Dios que está en Corinto, santificados en Cristo Jesús, llamados santos, y a todos los que invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo en cualquier lugar, Señor de ellos y nuestro" (I' de Corintios 1.2).
Entonces, ¿por qué la "Iglesia Católica" y otras religiones nombran "Santos" a personas que han muerto y que según los dirigentes han hecho méritos que les distinguen de los demás fieles?, ¿por qué son objeto de culto y tienen un papel de intermediación entre Dios y los hombres, tal y como ya vimos que se le atribuye también a Maria?
De nuevo tenernos que remontarnos a las religiones paganas es en Babilonia donde los hombres adoraban a casi cinco mil dioses y diosas. Estos no siempre habían sido divinos, sino que hubo una época en que fueron personas, héroes vivientes en la tierra, y después de su muerte se les reconoce, por sus méritos, como objeto de culto. De hecho, cada día estaba dedicado a un dios particular que les protegía, de la misma forma que en la actualidad existe un santoral cristianizado, por ejemplo, 22 de noviembre es el día de "Santa Cecilia" patrona de la música, etc.
Las poblaciones, los gremios o distintos trabajos, todo tiene su "Santo Patrónía" que les protege y a el se implora en caso de necesidad. Es muy extendida, también, la costumbre de poner a los recién nacidos el nombre del "Santo/a" a quien se le pide que proteja a esa criatura.
La religión romana es una religión politeísta; existen infinidad de dioses o numina, ya que todo acto de la vida humana y cualquier proceso natural está presidido y viene provocado por la voluntad de un numen. Los dioses, por tanto, se distinguen por su actividad; unos tienen nombre y otros no lo tienen. Es una religión fundamentada en el temor que inspiran las fuerzas que los dioses representan. El romano intenta conseguir la pax deorum, es decir, tener contentos a los dioses y mantenerlos siempre propicios. Para ello se realizan unos ceremoniales muy rigurosos y cercanos a la magia. El hombre religioso posee la virtud de la pietas o cumplimiento de todo lo que se debe a los dioses.
La religión romana y el contacto de los hombres con los dioses es eminentemente práctico; da la impresión de que cada acto de culto es un contrato por el cual el hombre se compromete a realizar determinados actos a los dioses, si éstos, a su vez, cumplen lo que se les pide. En cada domus hay un altar doméstico en que se rinde culto a los dioses familiares. Estos dioses son los siguientes:
Los lares. Son los dioses tutelares de la casa y de los lugares habitados. Hay diversos tipos de lares, pero el que a nosotros nos interesa es el lar familiaris. El lar familiar preside la vida de la familia, vela por la prosperidad y salud de sus miembros, sus salidas y entradas de la casa. Los lares reciben culto en el lararium, una capillita situada en el atrio de la casa. Periódicamente se les ofrecen sacrificios incruentos (miel, pasteles, vino, incienso), especialmente en los cumpleaños de los miembros de la familia.
Los penates. Son los dioses de la intimidad y de la despensa. Protegen la comida y la bebida. Sus imágenes suelen conservarse en el tablinum o junto a la despensa o el hogar. A ellos se ofrecen la primicias de las comidas. Se identifican con la casa; son miembros de la familia y participan de todos los acontecimientos; emigran con la familia si ésta cambia de casa. Garantizan el derecho y los deberes de hospitalidad.
El genius. El genio es el dios tutelar de cada persona a lo largo de su vida. Suscita los deseos en las personas y hay que aplacarlo cuando se le contraría. El genio determina el carácter de la persona cuando nace. Las mujeres, sin embargo, no tienen genius, sino que están protegidas por Iuno, como veremos. El genius más importante de la familia es el del pater; cuando éste estaba a punto de morir, su heredero debía recoger en su boca el último aliento del moribundo; de esta manera le traspasaba su genio.
Vesta. Es la divinidad del fuego, del hogar. No tiene imágenes porque el fuego es su imagen. El culto de Vesta fue extendido, además, como un importantísimo culto del Estado.
El culto a los muertos. Al morir, el genio de cada persona se convierte en man. Los manes son, por tanto, las almas de los difuntos de la familia que, aun después de muertos, siguen perteneciendo a ésta y se les rinde culto como si fueran dioses. Si se descuida su culto, los manes se convierten en lemures o espíritus malvados que traen desgracias a la familia; el pater debía, en este caso, realizar ritos de expiación y purificación. Por supuesto, existen también fantasmas, las laruae (esqueletos), unos seres terriblemente malvados que vuelven locas a las personas.
Dioses menores. Son espíritus protectores o diosecillos buenos que protegen la casa: la puerta, la economía, las arcas, los armarios, etc.
Dioses en torno a las personas. Desde que nace hasta que muere, la vida del hombre está protegida en todos sus actos por una legión de dioses (más de doscientos). Igualmente las tareas agrícolas cuentan con la protección de sus dioses particulares.
El catecismo de la religión católica anima a los fieles a orar e imitar a quienes, debido a sus buenas obras, han sido declarados santos por la jerarquía eclesiástica '"...los testigos que nos han precedido en el reino, especialmente los que la Iglesia reconoce como "santos", participan en la tradición viva de la oración, por el testimonio de sus vidas... Contemplan a Dios, lo alaban y no dejan de cuidar de aquellos que han quedado en la tierra... podernos y debemos rogarles que intercedan por nosotros y por el mundo entero..." (pag. 732). Es esta la postura oficial de la "Iglesia .
Por supuesto, la Biblia, no está de acuerdo con esta práctica: "No sea hallado en ti quien haga pasar su hijo o su hija por el fuego, ni practique adivinaciones, ni agorero, ni sortilegio, ni hechicero, ni fraguador de encantamientos, ni quien pregunte a pitonisos, ni magos, ni quien pregunte a los muertos porque es abominación a Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios las echó de delante de ti" (Deuteronomio 18.10-12). De hecho, comunicarse con personas que han muerto no es más que una forma de espiritismo: "Y si os dijeren. Preguntad a las pitonisas y a los adivinos, que susurran hablando, responded: ¿No consultará el pueblo á su Dios? ¿Apelará por los vivos a los muertos? ¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme á esto, es porque no les ha amanecido" (Isaías 8.19-20).
Como puedes comprobar es una práctica aborrecible a Dios.
Atributos Físicos del Diablo y la Festividad de los Enamorados:
Siendo Satanás un ángel desviado, es espíritu, carente de cuerpo humano.
Aunque no se suele representar en pinturas ni esculturas, sin embargo, se nos ha formado una imagen en nuestra mente de un ser físico, horrible, medio hombre medio animal, vestido de rojo, que representa el fuego eterno y con un tridente, que utiliza para martirizar a los pecadores.
Esta figura de nuevo tenemos que irnos a la mitología clásica para encontrar su antecedente en el "dios Pan" Ititálico - Cernunnos, llamado así en Grecia y Ruina respectivamente. Este dios tenía el cuerpo velludo, patas de cabra y en su cabeza una cornamenta de macho cabrio. Como verás existen bastantes similitudes con la imagen que se nos ha impreso de Satanás.
El 15 de febrero, empezaban las fiestas en honor de Pan, dios de la potencia generadora de la naturaleza, símbolo del hambre sexual irreprimible e insaciable, así como de la dimensión instintiva de los seres humanos, (la actual fiesta de los enamorados se festeja el 14 de Febrero). A Pan se lo conoce también como Lupercus, de ahí el nombre de estas famosas celebraciones: las Lupercales que, al parecer, eran la reelaboración de una fiesta más antigua aun.
Según la tradición Pan violaba en los bosques a quienes osaban atravesarlos, sin ningún reparo en la jerarquía, edad o sexo: de ahí proviene la palabra "pánico" pues eso era lo que provocaba. Se lo representaba como un ser mitad humano y mitad cabra y de esta representación –más el tridente de Neptuno- se derivó luego la imagen cristiana del diablo.
En la mitología indígena de los Andes se teme a un ser de características algo similares, que con un miembro descomunal viola a las mujeres que cruzan los páramos.
Como se supondrá, los rituales estaban llenos de furor sexual, que presagiaba la relativa cercanía de la primavera, en donde todo era fecundación y floración, pero no hay que perder de vista que el carácter de esta celebración también era sagrado: febrero viene del latín februarius, y este a su vez de februus, es decir "purificatorio".
Las Lupercales eran por tanto –al igual que la Candelaria- fiestas de purificación. Para el efecto, los sacerdotes se cubrían con pieles de cabras y con el pelo de las mismas se confeccionaban sendos "látigos" con los que dos niños –imitando a Rómulo y Remo- azotaban a las personas que encontraban a lo largo del Palatino a fin de "impregnarlas" de la potencia fecundadora de las cabras y, al mismo tiempo, purificar sus cuerpos para que pudieran concebir hijos sanos y fuertes.
Uno de los ritos más esperados consistía en introducir en una caja ciertas prendas con el nombre de las adolescentes y hacer que a su turno los muchachos metieran la mano en el cajón y sacaran la prenda de la que, de ahí en adelante sería su compañera de diversión a lo largo del año. Lupercus era pues el propiciador de la unión sexual y del ardor inagotable que, traducido a los signos siempre más pobres de nuestra época, vendría a ser "el patrón de los enamorados".
Las celebraciones alegres y desenfrenadas -en las que la risa estentórea era la norma- eran vividas con gran intensidad por paganos y cristianos por igual hasta que con el pasar de los años, los Padres de la Iglesia empezaron a poner reparos a que los jóvenes convertidos continuaran participando en ellas. La cuerda se rompió en el año 270 DC
cuando el emperador romano Claudio II ordenó mediante un edicto que el matrimonio quedaba prohibido a partir de esa fecha. La noticia causó conmoción y rechazo, pero el emperador tenía sus "razones": los casados, en especial los recién casados, se negaban a ir a la guerra, en tanto el imperio en decadencia necesitaba soldados para defender sus cada vez más débiles fronteras.
Fue entonces cuando el obispo Valentín tomó el toro por los cuernos y decidió oponerse. Su forma de resistencia era casar de manera clandestina a cuantos quisieran contraer matrimonio. La "insurrección" de Valentín pronto fue descubierta y, ante la imposibilidad de reducirlo a la obediencia, el emperador ordenó que lo apalearan, apedrearan y finalmente decapitaran, a fin de que el castigo fuera lo suficientemente aleccionador para todos los que planeaban casarse en secreto.
El mártir católico tuvo que esperar un poco más de 200 años antes de que el Papa Gelasio lo proclamara "Patrón de los Enamorados", para, de alguna manera, contrarrestar la fascinación que tenían las lupercales entre los adolescentes cristianos. Para no romper del todo con el rito original, ordenó que las muchachas y muchachos introdujeran la mano en una caja a fin de sacar el nombre de alguien, solo que ese "alguien" debía ser un santo o santa cuyas virtudes debía imitar a lo largo del año.
Fue así como con el paso de los años se cristianizó la festividad en honor del dios Pan.
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El Monacato. Su origen Pagano y el Celibato:
La ascesis, entendida como, puríficación progresiva y esfuerzo conatanto para conseguír un ideal moral y complacer a Dios, es un fenómeno común a todas las religiones y típico dé ciértas escuelas filosoficas. En algunas de éstas, como en él induísmoen, en el budísmo, en el neoplatonismo, el ascetismo,sea interior o exterior,
San Antonio (251-356.) Nació en Quenam, al sur de Menfis, (antigua Capital Imperial Egipcia), en el año 251.
Es el fundador de la vida monástica. Tras la muerte de sus padres vendió sus bienes y renunció al mundo, el dinero lo distribuyo entre los pobres y comenzó a practicar la vida ascética no lejos de su casa.
Formó la primera agrupación de hombres que habían decidido renunciar al mundo y seguir a Cristo en la soledad.
Con Antonio se inició lo que se podría llamar la "Edad de Oro" de la vida eremítica, que va desde el año 330 al 440. Es la época de los llamados "Padres del Desierto".
San Antonio, de origen egipcio, recoge la antigua tradición del monacato egipcio, cuyo origen se remonta a 3.000 años antes. Por lo que el monacato de la Religión Egipcia pasa a ser un monacato Catolico, gracias a San Antonio.
LA FIGURA DE LA VIRGEN MARÍA:
María, la madre de nuestro Señor, tiene una gran importancia dentro de la simbología católica.
Ella es conocida por múltiples acepciones, fruto de las distintas funciones que para los católicos tiene.
Vamos a analizar alguna de ellas y su paralelismo con las figuras paganas de la antigüedad.
Reina del Cielo:
Como de todos es sabido, uno de los innumerables títulos que la iglesia católica le concede a María, es el de Reina del Cielo.
¿Cómo se le concede este título?. María, según reza uno de los principales Dogmas de Fe del catolicismo, fue ascendida a los cielos y una vez allí, por la importancia de su misión, es decir, la de ser la escogida para engendrar al Salvador, se le otorgo el titulo de "Reina del Cielo".
Todo lo anterior no tiene una base bíblica y es de reciente instauración (desde 1950). Por lo tanto, es la propia tradición popular, sin tener en cuenta la Palabra de Dios, la que otorga ese premio y una vez en el cielo, la posibilidad de co-reinar con nuestro Señor Jesucristo.
Como solamente se ha tomado en cuenta la tradición y no la Palabra, debemos comprobar lo que ésta nos dice sobre la "Reina del Cielo".
Es en el libro de Jeremías, en concreto en el Cap. 7, Vers. 17-19, donde encontramos este título. "¿No ves lo que estos hacen en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén? Los hijos cogen la leña, y los padres encienden el fuego, y las mujeres amasan la masa, para hacer tortas a la reina del cielo y para hacer ofrendas a dioses ajenos, por provocarme a ira. ¿Me provocarán ellos a ira, dice Jehová, y no más bien obran ellos mismos para confusión de sus rostros?". Pues bien, esta "Reina del Cielo" viene referida a la diosa Astoret o Astarte, que era venerada por el pueblo Fenicio (cananeos y sidonios). Como vemos el mismo pueblo judío cae en sus ritos y cultos, apartándose del Dios verdadero. También le ocurre lo mismo a Salomón, el más sabio entre los hombres, pero que en su ancianidad cae en el culto a los ídolos. "Porque Salomón siguió a Astarté, diosa de los Sidonios, y a Milcom, abominación de los Annrnonitas" (1 `j Reyes 11.5).
¿Quien es esta diosa?, ¿de donde procede?, ¿cuál era su doctrina?:
Para responder a estas preguntas nos tenemos que adentrar un poco en la cultura fenicia, las tradiciones religiosas fenicias estaban influenciadas en gran manera por la cultura babilónica, que en su expansión influencio en los pueblos invadidos. Asi entonces, debemos remontarnos a esta cultura, una de las más antiguas de la humanidad.
Su origen, según el Génesis 10.8-10, parte de Nimrod, un luchador rebelde a Jehová. Es aquí donde comienza el mito: Nimrod fue asesinado y para cumplir su venganza, su esposa, Semiramis, engendró de forma sobrenatural un hijo, que según la tradición, era la resurrección de Nimrod, el cual se llamó Tammuz. Pero existe un aspecto todavía más importante y es que una vez que Senniramis dio a luz a su hijo, ella continuo siendo virgen. Con el transcurso del tiempo, Semíramnis se convirtió en Diosa y recibió el título de "Reina del Cielo".
En Fenicia continúa este mito, pues el padre, conocido por el "Dios Sol", es Baal e incluso en su mitología aparece el hijo, llamado Baal-Tanlmuz. En las Escrituras aparecen continuas referencias al culto a los baales, como desviación del camino mostrado por Dios a Israel, centrado en el cumplimiento de la Ley (mandamientos).
Pero la influencia babilónica no sólo se centró en Fenicia, sino que también tuvo su importancia en otra de las grandes culturas de la antigüedad como es la egipcia; El mito de la virgen, madre del vengador, es decir, del "Justo", pues vino a hacer justicia contra el maligno, recae en Isis.
Su mito es parecido; Osiris, (Ra), su esposo, es asesinado por "Tifón, dios maligno. Ella encuentra su cuerpo, pero Tifón lo dispersa por todo Egipto. Para cumplir su venganza, engendra un hijo, Horus, de forma sobrenatural, pues su padre es Ra, el "Dios Sol". Horus es la reencarnación de Osiris, (Ra), y su destino es hacer justicia, matando al maligno.
Como podemos ver, su doctrina es muy similar, por no decir idéntica a la babilónica y es su mito el que va a permanecer e influir con más fuerza en la cultura romana, no como deidad absorbida, sino como culto independiente y enraizado en la sociedad clásica.
Así en el año 80 A.C. se funda, en la colina Vaticana, justo en el lugar donde se ubicará la basílica de San Pedro, el templo de Isis.
Sus creencias encajaron en la sociedad clásica y junto con la griega Artemisa y la romana Diana (diosa luna), con un ámbito doctrinal parecido, fueron adoradas por multitud de fieles. Hay que resaltar que fue su culto, por Justiniano en el año 535 D.C., el último abolido de la religión pagana.
En la faceta de "Reina del Cielo" se la representaba posada en una luna creciente con las estrellas, en forma de corona, sobre su cabeza. Esta es una de las formas habituales de representar a la "Virgen María" como "Reina del Cielo".
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Maria, Madre de Dios:
A María no se le puede negar, bajo ningún concepto, que fue la madre de Nuestro Señor Jesucristo y por lo tanto del Verbo hecho hombre. Esta aseveración no justifica el que se quiera endiosar a María, ofreciéndole el mismo tratamiento que al propio Padre, Dios.
La misión de María es la más importante que se le puede ofrecer a un ser humano, puesto que dar la posibilidad de engendrar a Dios hecho hombre, es para un creyente, la máxima bendición posible en este mundo. Pero su misión quedó ahí, pues en ninguna parte de las escrituras María ejerce un papel determinante o influyente en nuestro Señor.
¿Entonces, por qué la asimilamos a Dios", ¿merece nuestra adoración?
Es una respuesta que debes meditar, eso si, basándote en las Escrituras, puesto que si lo haces basándote en la tradición católica, encontraras, de nuevo, similitudes con las doctrinas paganas.
Así, como ya hemos visto en el esbozo doctrinal que he incluido, las diosas Semiramis - Astarté - Isis... tienen en común que son las madres de un hijo, engendrado de forma sobrenatural (Tammuz - Baal-Tamunuz - Horus...), permaneciendo vírgenes después de su alumbramiento.
Estas doctrinas influyeron en Grecia y Roma adoptando sus creencias y pasando a denominarse Afrodita - Venus y sus hijos Eros - Cupido. Pero, sobre todo, era el culto a Isis el que tenía una importante atracción para la cultura religiosa romana, que la representaba con su hijo Horus en su regazo.
En alguna de las imágenes de la Iglesia Católica de Maria, se tocan un pecho, que simboliza la fertilidad, al igual que las imágenes de Isis, que era conocida, en uno de sus múltiples nombres, como diosa de la fertilidad.
En esta última acepción es conocida con el nombre de Asera, diosa cananea de la fertilidad. Aparece representada junto a un árbol, como sucede con las numerosas apariciones de la "Virgen".
El culto a esta diosa estaba tan extendido que el mismo pueblo de Israel cae en esta idolatría: "Jehová sacudirá a Israel al modo que la caña se agita en las aguas; y él arrancará a Israel de esta buena tierra que había dado a sus padres, y los esparcirá más allá del Eufrates, por cuanto han hecho sus imágenes de Asera, enojando a Jehová" (la de Reyes 14.15)
En el proceso de cristianización de la sociedad romana, existen numerosas crónicas que nos hablan de cómo el pueblo romano, ya cristianizado, no abandonaba el culto a la "Madre de Dios", Isis, y lejos de quebrar sus imágenes lo que hacia era cambiarles simplemente de nombre.
Esta idolatría tenía otra coincidencia importante con la sociedad católica actual y es el vestir a las imágenes, en la antigua Egipto, las imágenes de la diosa Isis eran vestidas con lujosas vestiduras y ostentosas joyas. Incluso había personas dedicadas en exclusividad a estos menesteres. No tienes nada más que acercarte a cualquier iglesia católica de tu localidad y ver a cualquier "Virgen", cómo está vestida y enjoyada, e incluso perduran las llamadas "camareras" que son las encargadas de vestir a las imágenes.
Retornando al tema de la fertilidad tengo que hablar de Efeso; en esta ciudad existía el mayor templo de la antigüedad, el dedicado a Arteinísa - Diana, una de las siete maravillas del mundo antiguo. Artemisa tenía en esta ciudad el centro de su adoración. En esta diosa confluyen también las mismas bases doctrinales que hemos visto con Astarté, "Reina del Cielo".
En Hechos 19.23-40 se relata la visita de Pablo a Efeso, y el alboroto que se formó cuando oyeron a Pablo predicar el Evangelio de Cristo, puesto que hablaba de un solo Dios y prohibía las imágenes, tal y como la propia ley de Dios nos manda. En éste punto, los artesanos, que hacían imágenes de la diosa Artemisa, se enfrentaron a Pablo y sus seguidores, para evitar que se fuera al traste su negocio y su cultura, dando vivas a la diosa.
Esto aclara bastante el sentimiento que la sociedad pagana tenía a sus dioses, pero en particular a la "Reina del Cielo - Madre de Dios".
Paradójicamente, fue en Efeso, en el año 43 1 D.C., cuando se celebró un concilio en el que se instituyó, como dogma de Fe, el papel de María como "Madre de Dios". El título que se le establece es el de "theotokos , que precisamente es el que disfrutaba la diosa Artemisa e lsis, pero con la diferencia de que eran la "madre de los dioses". Aquí, se cristianiza el término asimilando doctrinalmente las figuras.
Otra coincidencia, que viene al caso, es que la tradición católica sitúa los últimos años de vida de Maria en Efeso.
Pero no todo fue un camino de rosas para la asimilación. Existieron voces contrarias, corno la del condenado Nestorio, Patriarca de Constantinopla, que en el concilio de Efeso dijo. "si vosotros llamáis a María, Madre de Dios, hacéis de ella una diosa", Clemente de Alejandría, en el 200 D.C. dice "toda imagen o estatua debe llamarse ídolo porque no es otra cosa que materia vil y profana, y por eso Dios, para quitar de raíz la idolatría, ha prohibido en su culto cualquier imagen o semejanza de las cosas que están en el cielo o en la tierra, prohibiendo igualmente su fabricación; y es por esto que nosotros los cristianos no tenemos ninguna de aquellas representaciones materiales", San Cipriano "¿Para que postrarse delante de las imágenes?. Eleva tus ojos al cielo y tu corazón, allí es donde debes buscar a Dios".
Son varios ejemplos de los llamados "Padres de la Iglesia" que prohíben el uso de dichos medios para acercarnos a Dios.
María, como mediadora:
En el catecismo de la religión católica se le otorgan a María los títulos de "abogada, auxiliadora, socorro y mediadora". Es por ello que a los fieles se les enseña a rezar fervientemente a la "Virgen" dándoles la seguridad de que ella llevará sus oraciones ante el Padre.
Por supuesto, en la Palabra de Dios nunca se le atribuye a María ese papel que es ocupado, en exclusividad, por Jesucristo, quien con su muerte y resurrección se convierte en el único mediador entre los hombres y Dios, "Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre" (la Timoteo 2.5).
¿De dónde surge pues, la tradición de María como intercesora nuestra?.
Uno de los pasajes más conocidos del nuevo testamento es el llamado de "las bodas de Cana" que encontrarnos en el Evangelio de Juan, capítulo 2. María se da cuenta de que los novios no han previsto la cantidad suficiente de vino para sus invitados y pide a su Hijo que solucione el problema, pero El le contesta que no ha llegado todavía su tiempo. María acepta la voluntad de su lijo y ya no actúa más, es más, le dice a los criados que están sirviendo las mesas que hagan lo que El, su Hijo, ordene, y no le pidan nada a ella, puesto que ella no tiene poder para mediar ante Dios Padre corno hemos leído antes. La religión católica se basa en este pasaje para asegurar que María intercede ante el Hijo, sin reparar en que esto ocurre cuando Cristo estaba en la tierra, al igual que Maria y los apóstoles. Sin embargo, una vez que Cristo cumple su misión, muriendo y resucitando, para perdón de nuestros pecados, permanece junto al Padre y como único mediador entre los hombres y el Padre.
Entonces, debe existir otra base para darle esta función a María y de nuevo, nos tenernos que ir a la tradición pagana.
Fue en Babilonia, cuna de las religiones paganas, donde se veneraba a la diosa Semiramis, la cual era invocada por los fieles en una actitud mediadora ante su esposo muerto, Nimrod, que era considerado el Dios supremo. El titulo que ostentaba esta diosa era el de "Mylitta", es decir, mediadora.
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Jesucristo en la Iglesia Católica
Las Imágenes de Jesucristo.
Tal y como he explicado con anterioridad, en igual manera que cambian la Palabra de Dios adjudicándole a María atribuciones de diosas paganas, también hacen lo mismo con el propio Jesucristo.
Como hemos observado antes en la fotografía de Isis (no he sabido insertarlas, lo siento), Horus, su hijo, es representado corno un bebé dependiente de su madre. De igual manera, hay miles de imágenes de Jesús, niño, desvalido y protegido por María. Estas imágenes contribuyen a crear en la mente del creyente la falsa idea de que es María la poderosa y que su hijo depende, espiritualmente, no del Padre, sino de ella.
¿Pero existen comparaciones doctrinales entre Horus y Cristo, que faciliten su asimilación?
Así, pues Horus -es engendrado de forma sobrenatural por Ra, dios supremo, que nació de una Virgen, tuvo 12 discípulos, fue muerto y resucitado, realizó milagros, corno resucitar muertos, se le conocía como el "Ungido" y como el "Buen Pastor"...
¿Existen otras atribuciones de Horus que se le hayan agregado a Jesús y que, por supuesto, no tengan base en la Palabra de Dios?
La respuesta es que si nació un 25 de diciembre, sus festividades fueron asumidas por el cristianismo que en la actualidad son celebradas en honor de Cristo (Pasión y Muerte, Pascua de Resurrección, 1 de Enero y la Navidad). Horus quiso que su madre siguiera siendo virgen después de su alumbramiento y ya he hablado suficientemente de la doctrina católica respecto a la virginidad de Maria después del nacimiento de Cristo.
Respecto a las otras representaciones que se hacen de Cristo, tenemos que recordar que van en contra del segundo mandamiento de la Ley de Dios.
Alguna, como la del "Buen Pastor", es recogida de la mitología clásica, pues el dios Mocósforo era representado con una oveja sobre sus hombros.
En cuanto al crucifijo, más adelante afrontaré su significado.
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Representación gráfica del Padre:
Los amantes de las imágenes no han tenido suficiente con representar a María y a Jesús, sino que han hecho lo mismo con Dios Padre, sin importarles que Jesús nos explique que nadie ha visto a Dios y que el que cree en Él ya conoce al Padre y es conocido por Él: "Y el que me envió, el Padre, él ha dado testimonio de mi. Ni nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su parecer" (Juan 5.37), "No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de Dios, éste ha visto al Padre" (Juan 6.46).
La imagen más común que el catolicismo ha escogido para representar al Padre es la del "Pantocrator".
Esta imagen nos hace pensar en un Dios hierático, distante, frío y vengador, cuando el Padre es Misericordioso y Amoroso con todo aquel que hace su voluntad.
Por supuesto, los dirigentes católicos sacaron esta imagen de la tradición pagana, en este caso las asimilaciones eran claras; Ra - Zeus - Júpiter, los dioses supremos de Egipto, Grecia y Roma, que eran representados de una manera similar, con cabellos y barbas largas y blancas, como a Zeus-Júpiter por ejemplo.
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Origen de La Cruz:
En las excavaciones arqueológicas desarrolladas en Africa, Asia, America y Europa, se han encontrado numerosos restos de cruces, algunas de las cuales datan de más de siete mil años de antigüedad. De hecho, la cruz, como veremos, a sido un símbolo religioso desde su origen hasta nuestros días.
En las religiones de denominación cristiana, católica y ortodoxa, el culto y beneración de la "Cruz" está instituido como símbolo del sacrificio de Nuestro Señor.
Las iglesias protestantes, aunque no, la hacen objeto de adoración, la usan en sus templos. En general, es el símbolo cristiano por excelencia. Sin embargo, su origen es claramente pagano e idólatra.
Tanto en Babilonia como en Egipto se veneraba al dios Tammuz - Horus. Su símbolo místico era una "T", inicial de Tammuz, con el travesaño un poco bajo, es decir, una cruz. En los monumentos y templos egipcios, se ven representaciones de reyes y dioses portando cruces en sus manos. A veces, la "T" iba debajo de un círculo o redondel, es lo que se conoce como "Cruz egipcia" o "Cruz de Tau". Este culto se difunde en el mundo helenístico, donde la cruz adquiere otras formas tales como la "Cruz Griega", es decir, la que tiene todos sus lados iguales o la "Cruz Latina", con el travesaño más corto que el palo, de manera que quedan tres lados iguales que representan, según la tradición oriental, "Cielo, Purgatorio e Infierno", mientras que el más largo representaba a la "Vida".
Mucho antes de la venida de Cristo a la tierra, en Italia se consideraba la "Cruz" como símbolo de protección contra los espíritus malignos y la situaban en sus tumbas u colgando de sus collares. Esto mismo ocurría en Babilonia, Egipto o Asiría, con lo que se demuestra que el símbolo de la "Cruz" precede con mucho la era cristiana.
Pero como la vida y la muerte están tan estrechamente relacionadas en las religiones, este mismo símbolo de vida, la "Cruz", es usado igualmente desde tiempos remotos, como medio de castigo, al principio exclusivo para las clases bajas, esclavos, extendiéndose con el pasar del tiempo incluso a los ciudadanos romanos.
No se sabe con certeza sobre que clase de cruz murió Jesucristo, pero los estudiosos hablan del tipo "Latina". Sin embargo, ¿tiene alguna importancia el tipo de cruz que usaron para matar a Nuestro Señor?.
Lo importante es que por medio de su Sacrificio y Resurrección, nos libró del pecado y la muerte. A quien hay que venerar es a Cristo, no a la "Cruz", que es considerada en la Biblia como maldición: "No estará su cuerpo por la noche en el madero, mas sin falta lo enterrarás el mismo día, porque maldición de Dios es el colgado. Y no contaminarás tu tierra, que Jehová tu Dios te da por heredad" (Deuteronomio 21.23).
En cuanto al uso cristiano de la "Cruz", éste no aparece hasta el concilio de Efeso, y la imagen del "Crucifijo" hasta el siglo XI, fruto del "olvido" del segundo mandamiento, como he referido en varias ocasiones.
El jefe de la "Iglesia Católica", el llamado "Papa", lleva como símbolo de su primacía, una Mitra con forma de pez con la boca abierta.
La explicación oficial que se nos da es que la Mitra simboliza al cristiano, que es pescado por Cristo. Recordemos que en griego, las iniciales de "Jesús, Cristo, Hijo de Dios, Salvador" forman la palabra 'Pez"... Sin embargo, el origen de la Mitra es en mucho anterior al cristianismo.
En ningún lado de la Palabra de Dios nos habla del uso de la Mitra por los apóstoles, obispos o ancianos, ni tampoco establece una primacía entre ellos, pues la única cabeza es Cristo. "Y El es la cabeza del cuerpo que es la iglesia; El que es el principio, el primogénito de los muertos, para que en todo tenga el primado" (Colosenses 1.18).
Entonces, ¿de donde viene la utilización de la Mitra?
Tenemos que volver la vista de nuevo a las religiones paganas; es en Babilonia donde el sumo sacerdote del culto a Semíramis, llevaba una Mitra como símbolo del "dios Dagon", el dios pez.
Cuando el ejército macedonio - persa ocupó Babilonia, se produjo la huida del sumo sacerdote y algunos adeptos a la ciudad de Pérgamo y de allí a Italia, estableciéndose como religión Etrusca. Es allí, ya en tiempos de la influencia romana, cuando el culto paso al Imperio y fue Julio Cesar, tras ser iniciado en los inisterius babilónicos, el que unifica el poder religioso y político en una misma persona, pasando a ser el propio Cesar la reencarnación de un dios.
Desde entonces los emperadores romanos llevaban la Mitra como símbolo del sumo sacerdocio de la religión pagana, llamándose "Pontificex Maximus".
Es Constantino, en el edicto de Milán del año 313 D.C., quien legaliza la religión cristiana y, posteriormente, la instituye como religión oficial del Imperio. Se unifican, en este importante personaje, los primados político y religioso - cristiano del Imperio.
Es a partir de él, que los "Papas y obispos" llevan el título de "Sumos Pontífices" y la Mitra, como símbolos de su primacía religiosa.
CONCLUSIÓN: Detengámonos aquí un momento y veamos, anticipadamente, a qué profunda degradación intelectual condujo esta política de paganización; se adoptaron los ritos gentílicos de pompa y esplendor; los vistosos trajes, las mitras, las tiaras y las hachas; los oficios procesionales, las lustraciones y los vasos de oro y plata; el lituo romano, insignia principal de los augures, se convirtió en báculo pastoral.
Se edificaron las iglesias sobre las tumbas de los mártires y fueron consagradas con ritos tomados de las antiguas leyes de los pontífices romanos.
Las fiestas y conmemoraciones de los mártires se multiplicaron tanto como los innumerables hallazgos ficticios de sus restos;
el ayuno vino a ser el gran medio de ahuyentar al demonio y de apaciguar a Dios; el celibato la mayor de las virtudes, se hicieron romerías a Palestina y a las tumbas de los mártires, y grandes cantidades de tierra y polvo traídas de los Santos Lugares fueron vendidas a precios enormes, como antídotos contra el demonio; se ensalzaron las virtudes del agua bendita.
Se introdujeron en las iglesias imágenes y reliquias que eran adoradas a usanza de los dioses gentiles, y se operaban milagros y prodigios en ciertos parajes como en tiempo de los paganos.
Se invocaban las almas bien aventuradas de los cristianos muertos y se creía que andaban errantes por el mundo o rondaban cerca de los sepulcros; se multiplicaron las iglesias, los altares y los hábitos penitenciarios. Se inventó la fiesta de la purificación de la Virgen, para desterrar la intranquilidad del ánimo de los convertidos paganos que echaban de menos las lupercalias o fiestas de Pan.
El culto de las imágenes, de los pedazos de cruz o de huesos, de los clavos y otras reliquias, un verdadero fetichismo, fue cultivado; dos argumentos se empleaban para demostrar la autenticidad de estos objetos; uno la autoridad de la Iglesia, otro el poder obrar milagros. Eran venerados hasta los raídos trajes de los santos y la tierra de los sepulcros.
Se trajeron de Palestina unos esqueletos, que se afirmaba eran los de San Marcos, Santiago y otros antiguos justos.
La apoteosis de los antiguos tiempos de Roma fue sustituida por la canonización, y santos tutelares ocuparon el lugar de las divinidades mitológicas locales.
Luego vino el misterio de la Transustanciación, o la conversión por el sacerdote del pan y el vino en el cuerpo y sangre de Cristo, y al paso que transcurrían los siglos iba siendo la paganización más completa.
Se instituyeron fiestas religiosas en recuerdo de la lanza con que fue atravesado el costado del Salvador, de los clavos con que fue asegurado a la cruz y de la corona de espinas; y aunque varias abadías poseían a un tiempo algunos ejemplares de estas incomparables reliquias, nadie se atrevía a decir que era imposible la autenticidad de todas ellas.
Se puede afirmar que realmente el Catolicismo es por tanto una simbiosis perfecta de Cristianismo Primitivo y Paganismo.
Cabria decir que el Paganismo logro sobrevivir en el Catolicismo difuminando sus señas de identidad.
La dudas, el debate y las preguntas fundamentales en torno al Catolicismo serían:
1.-¿El Catolicismo es una adaptación Pagana del Cristianismo con una asimilación de los diferentes cultos y creencias que se dieron en el entorno geográfico e histórico del Imperio Romano hasta la creación de una Religión identificadora y unificadora para todo el Imperio Romano, que ha sobrevivido posteriormente a su creación hasta llegar a nuestro días, con un inmenso poder y capacidad de influencia?
O por el contrario:
2.- ¿ El Catolicismo es fruto de una adaptación del Paganismo al Cristianismo, por parte de ciertos sectores Cristianos, que salvando en parte el fondo ético y moral del Cristianismo aceptaron las formas Paganas Cristianizándolas, para una mejor propagación de su visión Cristiana, convertida ya en Catolicismo, y sirviendo de elemento de unión e identificación para todo el Imperio Romano?
La Biblia señala en relación a las influencias en materia de religión y la relación con Dios:
"El es el objeto de tu alabanza y tu Dios" (Deuteronomio 10.21)
"Porque yo protesto a cualquiera que oye las palabras de la profecía de este libro. Si alguno añadiere a estas cosas, Dios pondrá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitara su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad, y de las cosas que están escritas en este libro.
El que da testimonio de estas cosas, dice. Ciertamente, vengo en breve. Atoen, sea así. Ven: Señor Jesús" (Apocalipsis 22.18-20).
Rituales Católicos: ¿Cristianos o Paganos?
En este artículo, deseo hacer llegar mi sensación de sorpresa, al estudiar sobre este tema y comprender que la mayoría de las fiestas, llamadas cristianas, tienen un trasfondo pagano y por lo tanto sin justificación bíblica.
Tras la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo, los cristianos, de tradición judaica, solamente celebraban la Resurrección y Pentecostés, como nos queda reflejado en la propia Palabra de Dios: "Porque Pablo se había propuesto pasar adelante de Efeso, por no detenerse en Asia: porque se apresuraba por hacer el día de Pentecostés, si le fuese posible, en Jerusalén (Hechos 20.16), "Empero estaré en Efeso hasta Pentecostés" (Primero de Corintios 16.8).
Fue más adelante, a partir del siglo tercero de nuestra era, cuando se empiezan a conmemorar fiestas, que ahora todos conocemos.
En general, el cristianismo de entonces quiso asimilar, no en el fondo, pero si en la forma, las antiguas conmemoraciones paganas, incorporándolas a sus ritos, pero no se dieron cuenta de que eso era imposible y que se alejaban de la voluntad de Dios que quiere que su pueblo no se contamine con los rituales del inmundo. Por mucho que se cambien los nombres de las deidades paganas por nombres de "santos", "Virgen" o el propio "Señor", el trasfondo seguía siendo el mismo, como veremos a continuación.
Voy a analizar, muy por encima, algunas de las fiestas centrales del catolicismo:
La Navidad y la Epifanía
Hasta el siglo IV de nuestra era no se comenzó a celebrar el nacimiento de Jesucristo, pero sin concretar, por la tradición una fecha fija. Así, hubo dos fechas: 25 de diciembre y 6 de enero.
La primera es la que se instituyo en el Imperio Romano de Occidente, mientras que la segunda lo fue en el de Oriente.
Ahora bien, estas fechas no tienen una certeza cronológica con la verdadera fecha de nacimiento de Jesucristo, pero si tienen una coincidencia con las festividades paganas, de las religiones clásicas, tanto romanas como helenísticas (incluida la egipcia.)
Vamos a analizarlas por separado:
25 de diciembre
Era conocida en el imperio occidental como las fiestas del solsticio de invierno, por lo tanto un culto pagano. En el se celebraba el término del acortamiento de las noches y el triunfo del "dios sol"', con el alargamiento del día.
Fue entre los años 324-325 D. C. cuando se decidió su institución como fiesta cristiana, pasando de conmemorar la llegada del invierno al nacimiento del Salvador.
Mitra, encarnación del Sol Invicto, cuya festividad era el 25 de diciembre, solsticio de invierno, era por aquellos años el dios persa más popular, importado a Roma por los propios legionarios romanos, con más de dos mil templos sólo en Roma-capital. Era, pues, el dios más venerado del Imperio Romano esos años, y por tanto el primer dios a cristianizar, puesto que ya se estaba cristianizando todo:
Virbio, antiguo Hipólito griego, era el San Hipólito cristiano;
la fiesta de la Pailia fue San Jorge; la fiesta del agua, San Juan Bautista; la fiesta de Diana, la Asunción;
la de los muertos, el Día de Todos los Santos, aunque el día siguiente sigue siendo el de los difuntos;
y así todo el santoral católico.
El 25 de diciembre, solsticio de invierno, religiosamente era el día del Sol Invicto en Roma, de Mitra por tanto. Pero desde muchos siglos antes había sido el día en que había nacido el sol, especialmente en Siria y Egipto, donde los/as celebrantes, reunidos en capillas interiores, salían a medianoche gritando que la Virgen había parido un niño, y la Luz había aumentado. Incluso representaban al recién nacido sol en la imagen de un niño que sacaban al exterior, presentándolo a sus adoradores.
Sin duda esta Virgen que el 25 de diciembre paría al sol era la Gran Virgen Madre, personificación de la naturaleza, de la que ya hemos hablado. Pero como ya estaba cristianizada en la madre de Jesús, la Virgen María, madre de Cristo, y por tanto de la Trinidad, madre de Dios, como esa Gran Virgen Madre lo era de todos los dioses, la Virgen cristiana que ese 25 de diciembre cristiano parió a Cristo fue la Virgen María. Por supuesto, la Gran Virgen Madre de todos estos pueblos, Cibeles en Roma, era Virgen Celeste, Diosa Celestial, etc.
El 25 de diciembre era pues el día del nacimiento de Mitra en Roma, siendo Mitra el sol, y la Iglesia de Roma acordó que fuese el día del nacimiento de Cristo, pues la religión mitraica era invento del diablo, codicioso de apartar las almas del cristianismo.
Los cristianos de Egipto habían acordado que Cristo naciera el 6 de enero, pero la Iglesia de Roma acordó que ese día no era el de la Navidad (nacimiento), sino el de la Epifanía (manifestación), e impuso esa fecha en toda la cristiandad, incluyendo las iglesias orientales, aunque la de Antioquia no lo aceptó hasta el año 375 d. C.
Otra importante fiesta coincidía en tiempo y era la celebración del nacimiento de Horus, o la resurrección de Osiris, (Ra), nacido de una virgen (Isis) y que seguía siendo virgen después del alumbramiento, pero esto es objeto de otro artículo.
6 de enero
Era la fecha de conmemoración de la "fiesta de la Luz"; en esta fiesta se celebraba el nacimiento del Sol, así en Alejandría, la noche del 5 al 6 de enero se recordaba el nacimiento del Tiempo, Aion, con una procesión de antorchas hasta el templo de Korion. En la procesión se entonaba el siguiente canto "La virgen ha dado a luz, la luz aumenta, la Virgen ha dado a la Luz, el Aion". Este culto pasa a la cultura griega y es ritualizado en todo el imperio heleno.
En cuanto a su cristianización, en el imperio de Oriente, como en la actualidad en la religión ortodoxa griega, se celebra el nacimiento de Jesús, mientras que en Occidente se instituye la Epifanía o fiesta de visitación de los Reyes de Oriente.
Semana Santa
Como en las fiestas de la Navidad, su conmemoración comienza en el siglo IV D. C. y copio en ésta también tiene su base en una celebración pagana; el culto al dios Atis, celebrándose su muerte y su posterior resurrección que era el 25 de marzo, Ese día fue en la iglesia católica el de la Pasión y Resurrección de Cristo, después Viernes Santo.
Nuestro Señor Jesucristo no nos manda recordar su muerte y resurrección de forma especial en una fecha determinada, sino conmemorarlo siempre que tomemos la Santa Cena.
Pascua de Resurrección
La fiesta de la Pascua se celebra siempre el primer domingo siguiente a la primera luna llena de primavera, por eso su carácter cambiante.
Bien, esta fiesta es similar a otra egipcia que se celebraba el mismo día, para conmemorar la entrada de Osiris, (Ra), en la Luna. En la gran fiesta egipcia es así la de Khoiak (mes otoñal), a la que se asocia la de Sed, que tenía por objeto rejuvenecer al faraón y renovar su reinado, a los 30 años de su coronación, con el Nilo esta vez divinizado como Osiris, (Ra).
La fiesta comenzaba el día 12 con ceremonias de arada y siembra, y el 21 una imagen de Osiris, (Ra), modelada en oro, con la forma de una momia, se cubría con una mezcla de cebada y avena, se envolvía en esteras y se guardaba en un estanque poco profundo, donde se regaba todos los días.
El 22 la exponían al sol antes del crepúsculo, y la enviaban a hacer un viaje misterioso, juntamente con otras imágenes parecidas, iluminadas todas con antorchas, hasta el día 24. Después la metían en un ataúd de madera de moral y se enterraba en una fosa, de la que se había sacado la imagen del año anterior para colocarla en un sicómoro.
El día 30 se escenificaba el enterramiento de Osiris, (Ra), en una cámara subterránea, con la imagen dentro del ataúd, sobre un lecho de arena.
En los bajorrelieves aparece siempre Osiris, (Ra), levantándose de su ataúd, asistido por Nefitis, Isis y Horus, y se le presenta la cruz con asas, símbolo de la vida, mientras el alma de Osiris, (Ra), aparece representado en forma de halcón, con las alas desplegadas.
Hay otros bajorrelieves demostrando otros ritos y cultos, pero no me detengo en ellos, pues cada ciudad tiene en realidad sus dioses, cultos, templos y ritos.
Pero me interesa resaltar que nos hallamos ya ante un culto y rito de muerte y resurrección, incluso con cruces, y algo tenían que saber de esto los inventores de los Evangelios cristianos.
En Egipto este Osiris, (Ra), era siempre alusión al Nilo y al faraón, así como Horus era el faraón rejuvenecido. Por eso esta fiesta era la apropiada para coronar a los faraones. El bajorrelieve del templo de Isis, en Filae, nos presenta a Osiris, (Ra), aún yaciente, pero con espigas de trigo, que semejan velas católicas, encima de su cuerpo, y un sacerdote regándolas: lo que indica que esta es una fiesta que simboliza la cosecha. Pero en el fondo, como he dicho, tales muertes y resurrecciones simbolizan siempre las crecidas y descensos del Nilo.
En Mesopotámica las crecidas y bajadas del Tigris y Eufrates no eran regulares, pero ambos ríos también son dioses, y lo natural es sobrenatural, por creencia. En consecuencia había fiestas alegres o tristes, simbolizando siempre los esfuerzos colectivos para poder pasar sanos desde épocas de privaciones a otras de abundancia.
Se coronaba también a los reyes el día de Año Nuevo, y también eran los reyes los encargados de relacionarse con los dioses, pues se les consideraba sagrados.
En Babilonia y Caldea las principales fiestas eran las de primavera y otoño, y las más famosas las que se celebraban en el templo de Esagila. El segundo mes de Nisan se purificaba el templo dos horas antes de amanecer. El urigallu (gran sacerdote) se lavaba con el agua del río, y se ponía un vestido de lino. Después invocaba a Bel (Marduck) como señor de los reyes, luz de la humanidad y árbitro de sus destinos. Abría entonces las puertas del santuario, y sacerdotes y cantores entraban para realizar los ritos prescritos, que no especifico, pues las fiestas y ritos duraban cinco o seis días. Sí me interesa citar que las ceremonias terminaban con el rey confesando que había cumplido con sus deberes sagrados, y el urigallu absorbiéndole y bendiciéndole en nombre de Marduk, por lo que tenemos de nuevo a monarcas sagrados, sometidos a sacerdotes. Incluso tras estas ceremonias era cuando el urigallu confirmaba al divino rey en su trono.
La muerte y resurrección aparece también en los cultos de Baal y Anat, en Siria, expresadas como lucha entre fuerzas opuestas. Durante el cálido verano Arayan, dios de la tormenta y la atmósfera, era asesinado por su enemigo Mot, señor del infierno y la muerte, la sequía y la esterilidad. Mientras Arayán estaba en el infierno la vegetación se marchitaba, y el suelo permanecía árido; con su resurrección terminaba la sequía y la fecundidad volvía a las tierras.
En las fiestas de otoño el conflicto era entre Baal y el Príncipe del Mar, representando Baal de nuevo la fertilidad, por lo que su muerte se identificaba con los meses secos, y su resurrección con los húmedos.
Además de estas fiestas se sacrificaban dos corderos cada luna nueva, y de vez en cuando los setenta hijos de Anat se banqueteaban con carne de bueyes, ovejas, cabritos, terneras y cabras. Había también matrimonios sagrados del rey y la reina.
Ya sabemos que Yaweh, el dios de Abraham, era dios del desierto, por lo que también era fenicio, bajo el nombre de Ahí-yabu, abreviado a Yo o Yau.
En Anatolia la fiesta principal (Purulliyas), de origen hitita, se celebraba en primavera, conmemorándose la muerte del dragón Iluyanka por el dios atmosférico de Hatti. Hay varias versiones de esta fiesta, en realidad el dragón vuelve a simbolizar la sequía, y existían otras fiestas en las que los hombres de Hatti combatían con los de Masa, por lo que no me detengo en resumirlas. Otra gran fiesta era la de Año Nuevo.
En el Egeo y Grecia se celebraban también fiestas agrícolas con ocasión de la labranza, siega y recolección. Se sacrificaban animales, y se los comían con acompañamiento de música, bailes y juegos, originariamente con sentido sagrado. El calendario griego nació también de estos ritos agrícolas, bajo el patrocinio de Apolo y los oráculos délficos en tiempos de las ciudades-Estados.
De estas fiestas nació la tragedia, y como principales fiestas helénicas vamos a citar las Tesmoforias, Talisias, Antestarias, fiestas de Eleusis y dionisíacas.
Deméter, diosa de los cereales y Madre Tierra, y su hija Core, doncella del trigo, originaron la fiesta de las Tesmoforias, celebrándose la vegetación, en otoño, en octubre o noviembre. Fiestas sólo de mujeres, que confeccionaban lechos con enramadas, y se echaban sobre el suelo, para promover la fertilidad del trigo recién sembrado, y asegurar su propia fertilidad. La precipitación de cerdos consagrados a Deméter en simas subterráneas representaba el descenso de Core a los infiernos de Plutón, y la recuperación de los restos putrefactos, de los cerdos arrojados el año anterior, conmemoraba el hundimiento del porquero Eubeleo y su piara, cuando Core fue raptada.
Las Talisias se celebraban en junio-julio, agradeciendo a Deméter la cosecha, y toman su nombre porque se ofrecía a la diosa pan con el trigo nuevo (talisión arton). En Atenas se colocaron estas fiestas bajo el patrocinio de Apolo, y se azotaba en ellas a un criminal, en ritual de purificación, pero para asegurar también buenas cosechas.
Las Antesterias, fiestas de las Flores, servían para abrir las cubas de vino, que en Atenas se llevaba al santuario de Dionisos, distribuyéndose entre los mayores de cuatro años en vasijas pequeñas. Dionisos era transportado en un carro en forma de barco, celebrándose un matrimonio sagrado con la mujer del arconte, para favorecer la fertilidad. Por la tarde se ofrendaba a los difuntos verduras y ollas con comida, así como libaciones.
Los misterios eleusinos menores se celebraban en Agras, un suburbio de Atenas, y conmemoraban la siembra del trigo nuevo. Originarios de Creta, suponían procesiones solemnes de reyes sagrados sobre tronos portátiles, seguidos por los devotos a lo largo de la Vía Sacra, hasta los santuarios palatinos, donde se celebraban danzas sagradas y otros ritos parecidos. Los neófitos o mystae, tras instrucciones secretas sobre lo que les iba a ser revelado tras purificaciones y ascetismos, se bañaban en el mar y vagaban por la costa con antorchas encendidas. Después celebraban una vigilia nocturna, sentados en bancos cubiertos de pieles de oveja, y contemplaban espectáculos supuestamente sagrados, que no debían revelar a los profanos. Estos espectáculos se referían al rapto de la doncella del trigo, llevada a los infiernos en el carro durado de Pluto. Su madre, Deméter, la buscaba con una antorcha encendida, y su pena hacía estéril a los campos, hasta producir hambre universal. Disfrazada de vieja, llegaba a Eleusis, sentándose en un banco cubierto con piel de carnero, junto a un pozo al lado de un camino, y allí le contaba a las hijas del rey Keleos una historia fantástica acerca de la pretendida huida de unos piratas, y la llevaban a su casa, donde se convertía en niñera de Domofonte, hermano menor de aquellas niñas e hijo más pequeño de la reina. Deméter, agradecida, le hizo inmortal, alimentándole con ambrosía durante el día, y poniéndole por la noche en la hoguera para eliminar su mortalidad. Aterrorizada la madre al ver a su hijo en las llamas, Deméter se revelaba, abandonaba sus intenciones de hacer inmortal a Demofonte, y ordenaba que se le construyera un santuario en la colina, junto a la Fuente de la Virginidad. Allí debían celebrarse los ritos que ella misma enseñaba para que todos los iniciados en estos ritos adquiriesen la inmortalidad. Pero la sequía y el hambre duraron un año más, hasta que intervino Zeus, convenciendo a Deméter para que permaneciera su hija la tercera parte del año en el infierno de Plutón, acompañada de dos tercios de la Tierra.
Entonces reapareció la vida, y empezó a llover, hasta que con la vuelta de Core a los infiernos, en Otoño, volvía la esterilidad, esperando su resurrección en primavera.
Las fiestas dionisíacas helenas nunca fueron tan desenfrenadas como las traco-frigias, pues fueron una esperanza de inmortalidad, según la doctrina órfica de la reencarnación, que conducía finalmente a los Campos Elíseos. Pero fueron fiestas de tradición vegetal, en las que se identificaba a Deméter con Rea, madre de Zeus, del que concibió a Core, madre de Dionisos. Alusiones todas a la mítica unión de cielos y Tierra, con presencia también de las Ménades en algunos lugares, por lo que en Roma estas fiestas volvieron a ser bacanales tan salvajes que tuvieron que ser prohibidas por el senado, el 185 a. C.
El verdadero origen de la Pascua se remonta al año 1513 antes de Cristo, cuando el pueblo judío emprendió su éxodo desde Egipto, hacia la Tierra Prometida. Se celebraba cada año, como recordatorio de la liberación del pueblo hebreo.
En la víspera del primer día, se comían hierbas amargas mojadas en vinagre, para recordar la tristeza de la servidumbre. Y se narraban en tono cadencioso cánticos que hacían alusión a las diez plagas de Egipto.
El cordero de Pascua era escogido por cada familia. Con el tiempo, la ceremonia de inmolación fue llevada a cabo por la clase sacerdotal. El animal debía ser un macho cabrio, sano y de un año de edad. Se inmolaba al finalizar el día; y por la noche se comía con lechugas amargas. No estaba permitido romper sus huesos, ni dejar restos de carne. Por esta razón, los israelitas se reunían en grupos, para cumplir con las prescripciones de orden sagrado. Durante los siete días posteriores al 14 de Nisán (mes del calendario israelita correspondiente a marzo - abril del calendario español), el pueblo hebreo sólo comía pan sin levadura (no fermentado), al que llamaban "ázimo" o "pan de aflicción".
Por su parte, para los cristianos, la Pascua es la fiesta instruida en memoria de de la resurrección de Cristo.
El registro bíblico dice que la noche anterior a su muerte, Jesús se reunió con sus discípulos para celebrar la Pascua judía.
Posteriormente, instituyó lo que se conoce como la "Cena del Señor", y dijo a sus apóstoles "Sigan haciendo esto, en memoria de mi" (Lucas 22:19). La Cena del Señor debía celebrarse una vez al año; con ella se conmemoraba la muerte de Cristo.
Las tres principales fiestas judías son y eran la de la Pascua, la de los Tabernáculos y la de Expiación.
La de Pascua (Pesach), ya señalada anteriormente, se celebraba en la luna llena más próxima al equinoccio de primavera, cuando las primeras crías de las ovejas se ofrecían a un dios que simbolizaba la fertilidad del ganado, en un contexto lunar. Estas fiestas primitivas recordaban también una supuesta matanza de primogénitos egipcios, a cargo de Yahweh. Como después se conmemoró con esta fiesta la salida de Egipto (Exodo), el primigenio rito de pastores se combinó con la fiesta agrícola del Pan Ácimo (Massoth), en la que al principio el cordero pascual se comía deprisa, con hierbas amargas y pan sin levadura, para que fuese comido y quemados sus restos antes de salir el sol. Al principio la carne viva y sangrante se consumía en rito sacramental, y el manchar con la sangre del cordero los dinteles y jambas de las puertas fue medio religioso de espantar a los demonios. El Massoth está, pues, tomada de los cananeos, mediante la cual celebraban la cosecha de la cebada. Y era ya fiesta solar. Por eso siete días después se ofrendaba a Yahweh panes de trigo, cocidos con levadura, en la Fiesta de las Semanas (Shabu´oth). Tras la destrucción de Jerusalén, en el 71 d. C., la Pascua es ya fiesta doméstica.
En otoño se celebraba la Fiesta de los Tabernáculos (Sukkòth), al final de la vendimia, por lo que era también fiesta tomada de los cananeos. Celebraba el fin del año agrícola, y las primeras lluvias. Simbolizaba, por tanto, también la muerte y resurrección del dios del año, aunque los yavistas lo transformaron en la victoria de Yahweh sobre el caos primitivo, y su dominio sobre todos los reyes y naciones de la Tierra.
Por eso llevaban el Arca, en procesión solemne, al Templo, donde era aclamado como Señor y Soberano universal, triunfante sobre todo el mundo; y se pedían sus bendiciones para el año siguiente, mediante la renovación de la Alianza (Bêrith). Esta fiesta es similar, por otra parte, a la de Akitu, en Babilonia y Arcadia, por lo que Yahweh aparece asociado con Anat en los papiros de Elefantina.
Según Ezequiel en estas festividades las mujeres lloraban por Tammuz en el templo, y en Israel esos llantos se substituyeron por Salmos de lamentación. Ambos ritos expresaban, por tanto, la muerte del Dios Joven.
El primer día del séptimo mes se celebraba la Fiesta de la Expiación, con ritos distintos en épocas distintas:
a mediados del s. IV a. C. se sacrificaban un becerro y un carnero, y se sorteaban dos machos cabríos, sacrificándose el destinado a Yahweh, y enviándose al desierto el destinado a un demonio en forma de cabra llamado Azacel;
después el ritual fue más complicado y simbólico, arrojándose los esqueletos de los animales sacrificados en el campamento;
al final esta fiesta quedó reducida a un gran sábado. De todas formas, para el perdón de los pecados, se exigía que las ofrendas fuesen acompañadas de arrepentimiento. Y ya el macho cabrío simbolizaba en esta fiesta los pecados del pueblo, por lo que vean que histórica y conceptualmente el catolicismo es también judaísmo: Cristo como Cordero de Dios, que expía los pecados del mundo.
La Nueva Enciclopedia Británica explica que los primeros cristianos celebraban la Pascua del Señor, al mismo tiempo que los judíos, durante la noche de la primera luna llena pascual (del día 14 de abib), del primer mes de primavera (14-15 de Nisán).
A mediados del siglo II, la mayoría de las iglesias había trasladado esta celebración, al domingo posterior a la festividad Judía. El Viernes Santo y el día de la Pascua Florida no empezaron a celebrarse como conmemoraciones separadas en Jerusalén, hasta finales del siglo IV. (Fuente: Seasonal Peast and Festivals).
Antiguamente, los clérigos eran los encargados de bendecir el cordero pascual y luego lo repartían entre ellos. Más tarde, el cordero fue sustituido por pequeños pasteles de carne de cordero, que se distribuían a los feligreses, luego de la misa.
En el mundo Anglosajón otros registros históricos mencionan que los orígenes de la Pascua Florida (en ingles "Easter") se remontan a la fiesta primaveral en honor a la diosa teutónica de la luz y la primavera, conocida como "Easter". (The Westminster Dictionary of the Bible).
La primavera era una época sagrada para los adoradores fenicios del sexo. Los símbolos de la diosa de la fertilidad; "Astarté" o "Istar" eran el huevo y la liebre. En algunas estatuas se la representa con los órganos sexuales toscamente exagerados, mientras que en otras figuras aparece con un huevo en la mano y un conejo a su diestra.
La popularidad de esta deidad, se debió en parte a la amplia difusión que tuvo en la antigüedad la prostitución sagrada, como parte del culto.
En Cartago, se descubrieron urnas de colores brillantes, debajo de monumentos erigidos en honor a esta diosa, que contenían huesos carbonizados de niños y adolescentes.
Sucede que los padres de las pequeñas víctimas (por lo general, personas de alto rango y con títulos) esperaban que los dioses bendijeran sus riquezas e influencias, mediante estos sacrificios humanos.
Según el libro Medieval Holidays and Festivals: "La celebración de la Pascua Florida recibió su nombre (Easter), en honor a Eostre, diosa germánica del alba y la primavera".
Cuenta la leyenda, que Eostre abrió las puertas del Walhalla, para recibir a Valder, conocido como el Dios Blanco, debido a su pureza y también, como el Dios Sol, porque se creía que su frente suministraba luz a la humanidad.
Originalmente, estos ritos de la primavera fueron concebidos para "ahuyentar a los demonios del invierno".
Son notables las similitudes de los ritos; incluso la semejanza léxica y morfológica que tiene la palabra inglesa Easter (Pascua Florida), apenas diferenciada del nombre de la diosa pagana de la antigüedad (The Two Babilons, de Alexander Hislop).
Fue así como poco a poco, la tradición fusiona el significado cristiano con ceremonias paganas. Aquellos rituales, imposibles de desarraigar eran reasimilados bajo nuevas formas. El júbilo por el nacimiento del sol y por el despertar de la naturaleza, se convirtió en el regocijo por el nacimiento del sol de la justicia y por la resurrección de Cristo.
Festividad del 15 De Agosto
Para el catolicismo en este día se celebra la ascensión de María al cielo. Este hecho, como la mayoría de los que estamos analizando aquí, carece de base bíblica, pues es una tradición que hasta el año 1950 no ha sido objeto de dogma de Fe.
Como en todas las festividades analizadas tiene una coincidencia pagana; a mediados de agosto se celebraba en la antigua Grecia y en Roma, el culto a Hécate - Artemisa - Diana, "diosa de la Luna y Reina del Cielo" con objeto de evitar que enviara las tormentas que tan dañinas son para las cosechas en estas fechas.
Diana, la Artemisa romana, cazadora y protectora de parejas fértiles, era pues una de las Vírgenes Madres neolíticas, y por tanto tenía su Virbio, Hipólito romano, equivalente al no menos neolítico Dios Joven. Su festividad era el 13 de agosto, en cuyo día el bosquecillo se iluminaba con multitud de antorchas, desde los anteriores tiempos en que Diana era adorada como Vesta, y por eso las sacerdotisas de Diana eran vestales. Ese día no se cazaba, pues la juventud celebraba ceremonias purificadoras, y después todos los que hoy llamaríamos romeros degustaban de un festín, a base de cabrito, buen vino y frutas.
Todos los Santos y Difuntos
La víspera del 1 de noviembre coincidía con una festividad, pagana, celta, la del "Samhein", fiesta que marcaba el final del verano y de las cosechas, para pasar a los días de trío y de oscuridad. En esa noche se creía que el dios de la muerte hacia volver a los muertos, permitiendo comunicarse así con sus antepasados.
También esta práctica era habitual en el pueblo romano, pues el 21 de febrero celebraban la fiesta de "Feralia" ayudando con sus oraciones a la paz y el descanso de sus difuntos.
En la tradición católica esta festividad se inicia cuando el "Papa" Bonifacio IV, el 13 de Mayo del 609 o 610, consagró el "Panteón de Agripa" al culto de la "Virgen y los mártires", comenzando así una fiesta para conmemorar a esos santos anónimos, desconocidos por la mayoría de la cristiandad, pero que por su fe y obras, son dignos de reconocimiento por toda la humanidad.
Es el Papa Gregorio (731-741) el que cambia la fecha del 13 de mayo a la del 1 ° de noviembre. El porque ya lo conocemos, asegurarse así la conversión, a cualquier precio, de estos pueblos, adoptando así prácticas paganas.
Como habrás podido leer, existen razones claras para desechar tales festividades, puesto que ninguna de ellas tiene base en la Palabra de Dios y por lo tanto, estamos ante ritos paganos, eso si cristianizados, pero sin sentimiento espiritual cristiano.
Creo que lo que quiere el Señor es que celebremos, si a ti te ha sucedido, cada uno su Pentecostés, es decir, su nacimiento de nuevo y dar gracias, a diario, por este gran advenimiento, pues Cristo mora en nosotros a través de su Espíritu.
En el mundo Protestante o Evangélico también se da la influencia pagana en el caso concreto de HALLOWEEN: Nombre derivado de "All Hallows Eve" o "Víspera del día de todos los santos" y se celebra la noche del 31 de octubre.
Origen: Se deriva de los ritos de los Druidas (sacerdotes de tribus europeas llamadas Celtas) para celebrar el día en que "Samhein", el dios de los muertos, invocaba a los malos espíritus a reunirse la última noche del año para examinar los acontecimientos del futuro y además para que visitaran sus antiguos hogares en la tierra.
Desarrollo: Cuando los romanos conquistaron los territorios dominados por tribus Celtas, especialmente en Escocia e Irlanda, añadieron a esta "fiesta", el festival romano de "La Cosecha" que realizaban el 1º de noviembre en honor de Pomona, diosa de los árboles frutales y cambiaron su celebración para el 31 de octubre.
Costumbre: En la religión de los Celtas, se daba culto a numerosos dioses y objetos naturales como árboles y pozos y sus sacerdotes, los Druidas, que generalmente eran adivinos, magos o brujos, acostumbraban prender grandes fogatas en Halloween, aparentemente con el propósito de protegerse de los malos espíritus. Otras costumbres de influencia romana que aún persisten es el de divertirse con frutas; tal como el pescar manzanas con la boca en un recipiente con agua o el de formar caras grotescas en calabazas huecas y encender veladoras, dentro de ellas. Gradualmente la fiesta del inicio del otoño adquirió un carácter siniestro, se creía que ese día, fantasmas, hadas, brujas, demonios de todas clases y duendes, rondaban por ahí. Era el tiempo favorable para aplacar los poderes sobrenaturales. Asimismo se creía que Halloween era el día más apropiado para todo tipo de adivinaciones acerca del matrimonio, suerte, salud y muerte. Este era el día en el que de una manera tan especial los paganos invocaban la ayuda del diablo para esos propósitos.
Por el año 43 A. de C. los romanos conquistaron a los Celtas y más tarde llegó el cristianismo.
Desgraciadamente la fiesta pagana de Samán influenció la fiesta cristiana de "La Tarde de Todos los Santos " (All Hallows Eve) que se celebraba el mismo día. Lentamente "All Hallows Eve", dejó de ser una fiesta religiosa y se convirtió en una fiesta secular, en la que algunas prácticas y disfraces relacionados con ese sentido siniestro se desarrollaron. Había nacido Halloween.
En Escocia, algunos jóvenes se reunían para "jugar" juegos en los que adivinarían cuáles de ellos se iban a casar durante el siguiente año y en qué orden. A finales del siglo XIX inmigrantes irlandeses introdujeron la fiesta de Halloween en Estados Unidos de Norteamérica. La comercialización de esta " fiesta " fue iniciada principalmente por los mercadólogos estadounidenses buscando la ganancia económica por la venta de dulces, disfraces, tarjetas, posters, etc., utilizando ese día en forma "velada e inocente" ritos y costumbres derivados de cultos a Satanás, espíritus malignos y dioses paganos. El pueblo mexicano había permanecido ajeno a esto, pero en los últimos años se han infiltrado muchas costumbres norteamericanas, entre ellas el Halloween que ahora está difundido.
El inglés "Trick or treat" ( trato o truco) ha degenerado en un pochismo: "Triki, triki, Halloween", con lo que los niños van de casa en casa pidiendo dulces; si no les dan dulces y a veces aunque les den, rayan las paredes, rompen ventanas, focos o macetas. Las fiestas de Halloween por su aceptación y popularidad se están convirtiendo en una tradición que todo mundo celebra.
La Influencia Pagana en la Tradición Católica
Debemos reflexionar sobre las grandes influencias que ha tenido la tradición religiosa pagana (babilónica, egipcia, griega y romana, entre otras) en la mayoría de los ritos, imágenes y símbolos de la religión católica.
La propia Palabra de Dios, no faculta, sino que prohíbe, a todo cristiano el uso, ni siquiera para adorar a Dios, de imágenes, tal y como así nos lo expresa el propio Dios Padre, en los diez mandamientos (Deuteronomio 5).
¿Entonces, por que han sido usadas por la tradición católica?, ¿por que se han atrevido a cambiar la propia Ley divina?, ¿en verdad nos acercan a Dios?.
Introducción
Durante los tres primeros siglos de nuestra era, la Iglesia, tal y como nos aparece en las cartas de Pablo, estaba formada por pequeñas iglesias, familiares y locales. Estas seguían y cumplían el Evangelio de Cristo y por supuesto, la Ley de Dios. De forma progresiva, las primitivas iglesias fueron haciéndose cada vez más grandes y numerosas y por consiguiente surge el problema de su organización. Comienzan a adquirir los obispos un papel mucho más institucional, del cual la propia Palabra de Dios no nos dice nada, y así entramos en el proceso de desviación o "apostasía". Se mantienen reuniones o "concilios" para discutir sobre las cuestiones que afectan a la Fe y es aquí donde comienzan las importantes desviaciones del Evangelio.
Una de las principales se refiere a la permisividad general, por parte de la organización de aquel entonces, del uso de imágenes y ritos paganos, eso si cristianizados, para así acercar a las masas religiosas gentiles, a las que les había llegado el mensaje de salvación de Cristo, pero que bajo ningún concepto querían abandonar su idolatría (cultos y ritos), es decir, su propia cultura.
Iconografía y símbolos católicos:
Ningún católico puede negar la importancia de los escritos del Antiguo Pacto, o sea, el Antiguo Testamento, puesto que debemos entender que está completamente vigente, eso si, comprendido con la Luz del Nuevo Pacto, o sea, con el Espíritu Santo que mora en las personas que siguen el Evangelio de Cristo.
Partiendo de la premisa que nadie puede quebrantar ni cambiar los mandamientos (Mateo 5.17-20) y que toda la escritura está inspirada por Dios (2" Timoteo 3.16), tenemos que empezar a preguntarnos de dónde aparece la autorización para que se pueda representar a Nuestro Señor Jesucristo, a María, la madre del Señor, o a los llamados "santos" y mártires del cristianismo.
Si no eres un gran lector de la Palabra de Dios, es decir, de la Biblia, o no conoces bien las Escrituras, podrás pensar que en algún lugar del Nuevo Testamento aparecerá la autorización para que el Segundo Mandamiento (es decir, el que prohíbe realizar y adorar imágenes de lo que está en los cielos... Deuteronomio 5.2) se acomode al decálogo de la religión católica. Pues bien amigo/a, esto no se produce. Por lo tanto, el cambio se debió producir por una persona, llámese "Papa" u "Obispos", que por mucha autoridad en cuestiones de fe que se les pueda adjudicar, no tienen ninguna base divina para realizarlo.
Personalmente, no me atrevo a contradecir a nuestro Padre, es decir, a Dios "y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el cual esta en los cielos" (Mateo 23.9) y por mucho que alguien de este mundo me pueda justificar este cambio, no puedo seguirle, pues iría en contra del Evangelio de Cristo, que en ningún momento invalida los mandamientos.
Entonces, si los primeros cristianos, tal y como Pablo nos relata en sus cartas, seguían el Evangelio de Cristo y eran respetuosos con la Ley de Dios, ¿cuándo llegó el momento de la desviación'?. Es fácil la respuesta; por la tradición religiosa pagana.
En el transcurrir de los primeros siglos de nuestra era, el Evangelio de Cristo fue predicado por todo el Mediterráneo. En estos pueblos, receptores de la Palabra, chocaba de una forma frontal el que se les hablara de un solo Dios y mucho más que ese mismo Dios hubiese venido a este mundo, de una forma tan humilde, para dar su vida en sacrificio por nuestros pecados. Ellos creían en infinitos dioses y asimilaban en sus culturas a los dioses de los pueblos a los que conquistaban e, incluso, tenían un pedestal sin imagen para el Dios desconocido, tal y como nos relata Pablo en su viaje a Atenas "Porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Aquél pues, que vosotros honráis sin conocerle, a éste os anuncio yo" (Hechos 1 17.23).
Por su propia cultura creían que tener un solo Dios era símbolo de pobreza, así que las diferencias eran muchas, pero no insalvables para el Evangelio, para los que se entregaron a Cristo en cuerpo y alma. Sin embargo, conforme transcurre el tiempo, la Iglesia va siendo cada vez más numerosa e incluso llega a convertirse gente poderosa dentro de las instituciones del Imperio, es decir, va teniendo cada vez mas "prestigio", ya deja incluso de ser perseguida y con la llegada de Constantino es legalizada, deja de ser una Iglesia de Catacumbas para pasar a ser una "religión" con poder, que intenta dejar sin prosélitos a las otras religiones, es decir, las paganas, hasta llegar a ser consideradas éstas últimas ilegales y, la cristiana, pasar a ser la religión oficial del Imperio Romano. En este camino, que he tratado con tanta rapidez, pero de todos conocido, es donde se produce el hecho, el cual es objeto de este artículo, la desviación del Evangelio de Cristo.
La religión oficial del Imperio, tal y como he apuntado, era politeísta e idolatra. Sus templos estaban repletos de imágenes, a las cuales se las adoraba y se les ofrecían sacrificios y ofrendas. El origen de estos dioses era dispar, la mayoría procedía de la cultura helenística y a su vez ésta los adoptó de las culturas babilónica y egipcia. Roma lo que hacía era "latinizar" su nombre, así por ejemplo El Dios supremo de la mitología Romana era Júpiter, el cual era conocido en Grecia como Zeus, pero respetaba toda su doctrina y culto.
¿Como pudo influir esta religión pagana en el cristianismo de entonces, si las diferencias eran tan claras?. La respuesta tiene que ver con la idolatría, la cultura religiosa se basaba en el culto a las imágenes. Cuando a un pagano o gentil se le hablaba de Nuestro Señor, esta persona lo asociaba en un principio como a un dios más, pero tras una verdadera predicación, esa persona comprendía el verdadero sacrificio que El hizo por su pueblo, y por lo tanto empezaba a conocer la Palabra. Pero cuando el predicador le hablaba de que debía dejar sus ídolos, esta persona decía que NO.
El problema estaba en que este Nuevo Dios, el Dios verdadero, no tenía ni nombre ni imagen y por lo tanto, su base doctrinal era la Fe, el creer sin ver. La cultura pagana estaba basada en el respeto a los demás dioses, en las imágenes, en las fiestas, todo ello estaba enraizado en la sociedad imperial. No digo que no existieran cristianos verdaderos que se entregaran a Cristo en Espíritu y en verdad, todo lo contrario. Hablo del sentir general de la sociedad.
El problema de aquel entonces es bastante grande, puesto que por ese camino siempre seguirían siendo una Iglesia perseguida y proscrita. La solución la encontraron algunos hombres, que, llamándose cristianos, pensaron en algo que la misma Roma hizo en materia religiosa: respetar sus imágenes, eso si, convirtiéndolas en símbolos cristianos. PERO, ESTO IBA EN CONTRA DE LA PROPIA PALABRA DE DIOS, EXISTIA UN MANDAMIENTO QUE LO PROHIBIA.¡SOLUCION! ¡QUITAR EL MANDAMIENTO Y PROBLEMA RESUELTO!
Pero, ¿cómo mantener los ídolos paganos?, ¿existían coincidencias doctrinales que permitiesen el cambio de nombre?. La respuesta, sorprendentemente, es que SI.
Proceso de transformación de ídolo pagano en imagen católica:
Como he avanzado, resultaba que, en verdad, existían coincidencias doctrinales entre las creencias paganas y las cristianas. Estas coincidencias no eran totales, como te habrás podido imaginar. Así encontramos ciertos paralelismos, entre Cristo, María y Jehová, y ciertos dioses y diosas de la mitología griega, babilónica y egipcias principalmente, todas ellas adoptadas por una religión clásica que era la que dominaba el ámbito religioso del Imperio.
Comenzaré a analizar estas semejanzas y su proceso de aceptación en una naciente religión, la católica, que tal y como ahora ocurre, tiene en el ecumenismo su vía hacia un futuro en franca expansión.
El Culto a los Santos:
En las epístolas de Pablo, Pedro o Judas, aparecen en numerosas ocasiones, referencias a los santos como personas que se han entregado a Dios. Siempre son personas vivas, no tienen otro requisito ni mérito que el haber aceptado el mensaje de Salvación, es decir, simples cristianos. La palabra "Santo" es, pues sinónimo de apartado del mundo para Dios. No significa esto que sea un ermitaño, sino que ha renunciado a los deseos de la carne para servir en espíritu al Señor. Esto lo hace cualquier cristiano, no de nombre, sino de verdad, aquel que cumple verdaderamente el Evangelio de Cristo. "A la iglesia de Dios que está en Corinto, santificados en Cristo Jesús, llamados santos, y a todos los que invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo en cualquier lugar, Señor de ellos y nuestro" (I' de Corintios 1.2).
Entonces, ¿por qué la "Iglesia Católica" y otras religiones nombran "Santos" a personas que han muerto y que según los dirigentes han hecho méritos que les distinguen de los demás fieles?, ¿por qué son objeto de culto y tienen un papel de intermediación entre Dios y los hombres, tal y como ya vimos que se le atribuye también a Maria?
De nuevo tenernos que remontarnos a las religiones paganas es en Babilonia donde los hombres adoraban a casi cinco mil dioses y diosas. Estos no siempre habían sido divinos, sino que hubo una época en que fueron personas, héroes vivientes en la tierra, y después de su muerte se les reconoce, por sus méritos, como objeto de culto. De hecho, cada día estaba dedicado a un dios particular que les protegía, de la misma forma que en la actualidad existe un santoral cristianizado, por ejemplo, 22 de noviembre es el día de "Santa Cecilia" patrona de la música, etc.
Las poblaciones, los gremios o distintos trabajos, todo tiene su "Santo Patrónía" que les protege y a el se implora en caso de necesidad. Es muy extendida, también, la costumbre de poner a los recién nacidos el nombre del "Santo/a" a quien se le pide que proteja a esa criatura.
La religión romana es una religión politeísta; existen infinidad de dioses o numina, ya que todo acto de la vida humana y cualquier proceso natural está presidido y viene provocado por la voluntad de un numen. Los dioses, por tanto, se distinguen por su actividad; unos tienen nombre y otros no lo tienen. Es una religión fundamentada en el temor que inspiran las fuerzas que los dioses representan. El romano intenta conseguir la pax deorum, es decir, tener contentos a los dioses y mantenerlos siempre propicios. Para ello se realizan unos ceremoniales muy rigurosos y cercanos a la magia. El hombre religioso posee la virtud de la pietas o cumplimiento de todo lo que se debe a los dioses.
La religión romana y el contacto de los hombres con los dioses es eminentemente práctico; da la impresión de que cada acto de culto es un contrato por el cual el hombre se compromete a realizar determinados actos a los dioses, si éstos, a su vez, cumplen lo que se les pide. En cada domus hay un altar doméstico en que se rinde culto a los dioses familiares. Estos dioses son los siguientes:
Los lares. Son los dioses tutelares de la casa y de los lugares habitados. Hay diversos tipos de lares, pero el que a nosotros nos interesa es el lar familiaris. El lar familiar preside la vida de la familia, vela por la prosperidad y salud de sus miembros, sus salidas y entradas de la casa. Los lares reciben culto en el lararium, una capillita situada en el atrio de la casa. Periódicamente se les ofrecen sacrificios incruentos (miel, pasteles, vino, incienso), especialmente en los cumpleaños de los miembros de la familia.
Los penates. Son los dioses de la intimidad y de la despensa. Protegen la comida y la bebida. Sus imágenes suelen conservarse en el tablinum o junto a la despensa o el hogar. A ellos se ofrecen la primicias de las comidas. Se identifican con la casa; son miembros de la familia y participan de todos los acontecimientos; emigran con la familia si ésta cambia de casa. Garantizan el derecho y los deberes de hospitalidad.
El genius. El genio es el dios tutelar de cada persona a lo largo de su vida. Suscita los deseos en las personas y hay que aplacarlo cuando se le contraría. El genio determina el carácter de la persona cuando nace. Las mujeres, sin embargo, no tienen genius, sino que están protegidas por Iuno, como veremos. El genius más importante de la familia es el del pater; cuando éste estaba a punto de morir, su heredero debía recoger en su boca el último aliento del moribundo; de esta manera le traspasaba su genio.
Vesta. Es la divinidad del fuego, del hogar. No tiene imágenes porque el fuego es su imagen. El culto de Vesta fue extendido, además, como un importantísimo culto del Estado.
El culto a los muertos. Al morir, el genio de cada persona se convierte en man. Los manes son, por tanto, las almas de los difuntos de la familia que, aun después de muertos, siguen perteneciendo a ésta y se les rinde culto como si fueran dioses. Si se descuida su culto, los manes se convierten en lemures o espíritus malvados que traen desgracias a la familia; el pater debía, en este caso, realizar ritos de expiación y purificación. Por supuesto, existen también fantasmas, las laruae (esqueletos), unos seres terriblemente malvados que vuelven locas a las personas.
Dioses menores. Son espíritus protectores o diosecillos buenos que protegen la casa: la puerta, la economía, las arcas, los armarios, etc.
Dioses en torno a las personas. Desde que nace hasta que muere, la vida del hombre está protegida en todos sus actos por una legión de dioses (más de doscientos). Igualmente las tareas agrícolas cuentan con la protección de sus dioses particulares.
El catecismo de la religión católica anima a los fieles a orar e imitar a quienes, debido a sus buenas obras, han sido declarados santos por la jerarquía eclesiástica '"...los testigos que nos han precedido en el reino, especialmente los que la Iglesia reconoce como "santos", participan en la tradición viva de la oración, por el testimonio de sus vidas... Contemplan a Dios, lo alaban y no dejan de cuidar de aquellos que han quedado en la tierra... podernos y debemos rogarles que intercedan por nosotros y por el mundo entero..." (pag. 732). Es esta la postura oficial de la "Iglesia .
Por supuesto, la Biblia, no está de acuerdo con esta práctica: "No sea hallado en ti quien haga pasar su hijo o su hija por el fuego, ni practique adivinaciones, ni agorero, ni sortilegio, ni hechicero, ni fraguador de encantamientos, ni quien pregunte a pitonisos, ni magos, ni quien pregunte a los muertos porque es abominación a Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios las echó de delante de ti" (Deuteronomio 18.10-12). De hecho, comunicarse con personas que han muerto no es más que una forma de espiritismo: "Y si os dijeren. Preguntad a las pitonisas y a los adivinos, que susurran hablando, responded: ¿No consultará el pueblo á su Dios? ¿Apelará por los vivos a los muertos? ¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme á esto, es porque no les ha amanecido" (Isaías 8.19-20).
Como puedes comprobar es una práctica aborrecible a Dios.
Atributos Físicos del Diablo y la Festividad de los Enamorados:
Siendo Satanás un ángel desviado, es espíritu, carente de cuerpo humano.
Aunque no se suele representar en pinturas ni esculturas, sin embargo, se nos ha formado una imagen en nuestra mente de un ser físico, horrible, medio hombre medio animal, vestido de rojo, que representa el fuego eterno y con un tridente, que utiliza para martirizar a los pecadores.
Esta figura de nuevo tenemos que irnos a la mitología clásica para encontrar su antecedente en el "dios Pan" Ititálico - Cernunnos, llamado así en Grecia y Ruina respectivamente. Este dios tenía el cuerpo velludo, patas de cabra y en su cabeza una cornamenta de macho cabrio. Como verás existen bastantes similitudes con la imagen que se nos ha impreso de Satanás.
El 15 de febrero, empezaban las fiestas en honor de Pan, dios de la potencia generadora de la naturaleza, símbolo del hambre sexual irreprimible e insaciable, así como de la dimensión instintiva de los seres humanos, (la actual fiesta de los enamorados se festeja el 14 de Febrero). A Pan se lo conoce también como Lupercus, de ahí el nombre de estas famosas celebraciones: las Lupercales que, al parecer, eran la reelaboración de una fiesta más antigua aun.
Según la tradición Pan violaba en los bosques a quienes osaban atravesarlos, sin ningún reparo en la jerarquía, edad o sexo: de ahí proviene la palabra "pánico" pues eso era lo que provocaba. Se lo representaba como un ser mitad humano y mitad cabra y de esta representación –más el tridente de Neptuno- se derivó luego la imagen cristiana del diablo.
En la mitología indígena de los Andes se teme a un ser de características algo similares, que con un miembro descomunal viola a las mujeres que cruzan los páramos.
Como se supondrá, los rituales estaban llenos de furor sexual, que presagiaba la relativa cercanía de la primavera, en donde todo era fecundación y floración, pero no hay que perder de vista que el carácter de esta celebración también era sagrado: febrero viene del latín februarius, y este a su vez de februus, es decir "purificatorio".
Las Lupercales eran por tanto –al igual que la Candelaria- fiestas de purificación. Para el efecto, los sacerdotes se cubrían con pieles de cabras y con el pelo de las mismas se confeccionaban sendos "látigos" con los que dos niños –imitando a Rómulo y Remo- azotaban a las personas que encontraban a lo largo del Palatino a fin de "impregnarlas" de la potencia fecundadora de las cabras y, al mismo tiempo, purificar sus cuerpos para que pudieran concebir hijos sanos y fuertes.
Uno de los ritos más esperados consistía en introducir en una caja ciertas prendas con el nombre de las adolescentes y hacer que a su turno los muchachos metieran la mano en el cajón y sacaran la prenda de la que, de ahí en adelante sería su compañera de diversión a lo largo del año. Lupercus era pues el propiciador de la unión sexual y del ardor inagotable que, traducido a los signos siempre más pobres de nuestra época, vendría a ser "el patrón de los enamorados".
Las celebraciones alegres y desenfrenadas -en las que la risa estentórea era la norma- eran vividas con gran intensidad por paganos y cristianos por igual hasta que con el pasar de los años, los Padres de la Iglesia empezaron a poner reparos a que los jóvenes convertidos continuaran participando en ellas. La cuerda se rompió en el año 270 DC
cuando el emperador romano Claudio II ordenó mediante un edicto que el matrimonio quedaba prohibido a partir de esa fecha. La noticia causó conmoción y rechazo, pero el emperador tenía sus "razones": los casados, en especial los recién casados, se negaban a ir a la guerra, en tanto el imperio en decadencia necesitaba soldados para defender sus cada vez más débiles fronteras.
Fue entonces cuando el obispo Valentín tomó el toro por los cuernos y decidió oponerse. Su forma de resistencia era casar de manera clandestina a cuantos quisieran contraer matrimonio. La "insurrección" de Valentín pronto fue descubierta y, ante la imposibilidad de reducirlo a la obediencia, el emperador ordenó que lo apalearan, apedrearan y finalmente decapitaran, a fin de que el castigo fuera lo suficientemente aleccionador para todos los que planeaban casarse en secreto.
El mártir católico tuvo que esperar un poco más de 200 años antes de que el Papa Gelasio lo proclamara "Patrón de los Enamorados", para, de alguna manera, contrarrestar la fascinación que tenían las lupercales entre los adolescentes cristianos. Para no romper del todo con el rito original, ordenó que las muchachas y muchachos introdujeran la mano en una caja a fin de sacar el nombre de alguien, solo que ese "alguien" debía ser un santo o santa cuyas virtudes debía imitar a lo largo del año.
Fue así como con el paso de los años se cristianizó la festividad en honor del dios Pan.
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El Monacato. Su origen Pagano y el Celibato:
La ascesis, entendida como, puríficación progresiva y esfuerzo conatanto para conseguír un ideal moral y complacer a Dios, es un fenómeno común a todas las religiones y típico dé ciértas escuelas filosoficas. En algunas de éstas, como en él induísmoen, en el budísmo, en el neoplatonismo, el ascetismo,sea interior o exterior,
San Antonio (251-356.) Nació en Quenam, al sur de Menfis, (antigua Capital Imperial Egipcia), en el año 251.
Es el fundador de la vida monástica. Tras la muerte de sus padres vendió sus bienes y renunció al mundo, el dinero lo distribuyo entre los pobres y comenzó a practicar la vida ascética no lejos de su casa.
Formó la primera agrupación de hombres que habían decidido renunciar al mundo y seguir a Cristo en la soledad.
Con Antonio se inició lo que se podría llamar la "Edad de Oro" de la vida eremítica, que va desde el año 330 al 440. Es la época de los llamados "Padres del Desierto".
San Antonio, de origen egipcio, recoge la antigua tradición del monacato egipcio, cuyo origen se remonta a 3.000 años antes. Por lo que el monacato de la Religión Egipcia pasa a ser un monacato Catolico, gracias a San Antonio.
LA FIGURA DE LA VIRGEN MARÍA:
María, la madre de nuestro Señor, tiene una gran importancia dentro de la simbología católica.
Ella es conocida por múltiples acepciones, fruto de las distintas funciones que para los católicos tiene.
Vamos a analizar alguna de ellas y su paralelismo con las figuras paganas de la antigüedad.
Reina del Cielo:
Como de todos es sabido, uno de los innumerables títulos que la iglesia católica le concede a María, es el de Reina del Cielo.
¿Cómo se le concede este título?. María, según reza uno de los principales Dogmas de Fe del catolicismo, fue ascendida a los cielos y una vez allí, por la importancia de su misión, es decir, la de ser la escogida para engendrar al Salvador, se le otorgo el titulo de "Reina del Cielo".
Todo lo anterior no tiene una base bíblica y es de reciente instauración (desde 1950). Por lo tanto, es la propia tradición popular, sin tener en cuenta la Palabra de Dios, la que otorga ese premio y una vez en el cielo, la posibilidad de co-reinar con nuestro Señor Jesucristo.
Como solamente se ha tomado en cuenta la tradición y no la Palabra, debemos comprobar lo que ésta nos dice sobre la "Reina del Cielo".
Es en el libro de Jeremías, en concreto en el Cap. 7, Vers. 17-19, donde encontramos este título. "¿No ves lo que estos hacen en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén? Los hijos cogen la leña, y los padres encienden el fuego, y las mujeres amasan la masa, para hacer tortas a la reina del cielo y para hacer ofrendas a dioses ajenos, por provocarme a ira. ¿Me provocarán ellos a ira, dice Jehová, y no más bien obran ellos mismos para confusión de sus rostros?". Pues bien, esta "Reina del Cielo" viene referida a la diosa Astoret o Astarte, que era venerada por el pueblo Fenicio (cananeos y sidonios). Como vemos el mismo pueblo judío cae en sus ritos y cultos, apartándose del Dios verdadero. También le ocurre lo mismo a Salomón, el más sabio entre los hombres, pero que en su ancianidad cae en el culto a los ídolos. "Porque Salomón siguió a Astarté, diosa de los Sidonios, y a Milcom, abominación de los Annrnonitas" (1 `j Reyes 11.5).
¿Quien es esta diosa?, ¿de donde procede?, ¿cuál era su doctrina?:
Para responder a estas preguntas nos tenemos que adentrar un poco en la cultura fenicia, las tradiciones religiosas fenicias estaban influenciadas en gran manera por la cultura babilónica, que en su expansión influencio en los pueblos invadidos. Asi entonces, debemos remontarnos a esta cultura, una de las más antiguas de la humanidad.
Su origen, según el Génesis 10.8-10, parte de Nimrod, un luchador rebelde a Jehová. Es aquí donde comienza el mito: Nimrod fue asesinado y para cumplir su venganza, su esposa, Semiramis, engendró de forma sobrenatural un hijo, que según la tradición, era la resurrección de Nimrod, el cual se llamó Tammuz. Pero existe un aspecto todavía más importante y es que una vez que Senniramis dio a luz a su hijo, ella continuo siendo virgen. Con el transcurso del tiempo, Semíramnis se convirtió en Diosa y recibió el título de "Reina del Cielo".
En Fenicia continúa este mito, pues el padre, conocido por el "Dios Sol", es Baal e incluso en su mitología aparece el hijo, llamado Baal-Tanlmuz. En las Escrituras aparecen continuas referencias al culto a los baales, como desviación del camino mostrado por Dios a Israel, centrado en el cumplimiento de la Ley (mandamientos).
Pero la influencia babilónica no sólo se centró en Fenicia, sino que también tuvo su importancia en otra de las grandes culturas de la antigüedad como es la egipcia; El mito de la virgen, madre del vengador, es decir, del "Justo", pues vino a hacer justicia contra el maligno, recae en Isis.
Su mito es parecido; Osiris, (Ra), su esposo, es asesinado por "Tifón, dios maligno. Ella encuentra su cuerpo, pero Tifón lo dispersa por todo Egipto. Para cumplir su venganza, engendra un hijo, Horus, de forma sobrenatural, pues su padre es Ra, el "Dios Sol". Horus es la reencarnación de Osiris, (Ra), y su destino es hacer justicia, matando al maligno.
Como podemos ver, su doctrina es muy similar, por no decir idéntica a la babilónica y es su mito el que va a permanecer e influir con más fuerza en la cultura romana, no como deidad absorbida, sino como culto independiente y enraizado en la sociedad clásica.
Así en el año 80 A.C. se funda, en la colina Vaticana, justo en el lugar donde se ubicará la basílica de San Pedro, el templo de Isis.
Sus creencias encajaron en la sociedad clásica y junto con la griega Artemisa y la romana Diana (diosa luna), con un ámbito doctrinal parecido, fueron adoradas por multitud de fieles. Hay que resaltar que fue su culto, por Justiniano en el año 535 D.C., el último abolido de la religión pagana.
En la faceta de "Reina del Cielo" se la representaba posada en una luna creciente con las estrellas, en forma de corona, sobre su cabeza. Esta es una de las formas habituales de representar a la "Virgen María" como "Reina del Cielo".
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Maria, Madre de Dios:
A María no se le puede negar, bajo ningún concepto, que fue la madre de Nuestro Señor Jesucristo y por lo tanto del Verbo hecho hombre. Esta aseveración no justifica el que se quiera endiosar a María, ofreciéndole el mismo tratamiento que al propio Padre, Dios.
La misión de María es la más importante que se le puede ofrecer a un ser humano, puesto que dar la posibilidad de engendrar a Dios hecho hombre, es para un creyente, la máxima bendición posible en este mundo. Pero su misión quedó ahí, pues en ninguna parte de las escrituras María ejerce un papel determinante o influyente en nuestro Señor.
¿Entonces, por qué la asimilamos a Dios", ¿merece nuestra adoración?
Es una respuesta que debes meditar, eso si, basándote en las Escrituras, puesto que si lo haces basándote en la tradición católica, encontraras, de nuevo, similitudes con las doctrinas paganas.
Así, como ya hemos visto en el esbozo doctrinal que he incluido, las diosas Semiramis - Astarté - Isis... tienen en común que son las madres de un hijo, engendrado de forma sobrenatural (Tammuz - Baal-Tamunuz - Horus...), permaneciendo vírgenes después de su alumbramiento.
Estas doctrinas influyeron en Grecia y Roma adoptando sus creencias y pasando a denominarse Afrodita - Venus y sus hijos Eros - Cupido. Pero, sobre todo, era el culto a Isis el que tenía una importante atracción para la cultura religiosa romana, que la representaba con su hijo Horus en su regazo.
En alguna de las imágenes de la Iglesia Católica de Maria, se tocan un pecho, que simboliza la fertilidad, al igual que las imágenes de Isis, que era conocida, en uno de sus múltiples nombres, como diosa de la fertilidad.
En esta última acepción es conocida con el nombre de Asera, diosa cananea de la fertilidad. Aparece representada junto a un árbol, como sucede con las numerosas apariciones de la "Virgen".
El culto a esta diosa estaba tan extendido que el mismo pueblo de Israel cae en esta idolatría: "Jehová sacudirá a Israel al modo que la caña se agita en las aguas; y él arrancará a Israel de esta buena tierra que había dado a sus padres, y los esparcirá más allá del Eufrates, por cuanto han hecho sus imágenes de Asera, enojando a Jehová" (la de Reyes 14.15)
En el proceso de cristianización de la sociedad romana, existen numerosas crónicas que nos hablan de cómo el pueblo romano, ya cristianizado, no abandonaba el culto a la "Madre de Dios", Isis, y lejos de quebrar sus imágenes lo que hacia era cambiarles simplemente de nombre.
Esta idolatría tenía otra coincidencia importante con la sociedad católica actual y es el vestir a las imágenes, en la antigua Egipto, las imágenes de la diosa Isis eran vestidas con lujosas vestiduras y ostentosas joyas. Incluso había personas dedicadas en exclusividad a estos menesteres. No tienes nada más que acercarte a cualquier iglesia católica de tu localidad y ver a cualquier "Virgen", cómo está vestida y enjoyada, e incluso perduran las llamadas "camareras" que son las encargadas de vestir a las imágenes.
Retornando al tema de la fertilidad tengo que hablar de Efeso; en esta ciudad existía el mayor templo de la antigüedad, el dedicado a Arteinísa - Diana, una de las siete maravillas del mundo antiguo. Artemisa tenía en esta ciudad el centro de su adoración. En esta diosa confluyen también las mismas bases doctrinales que hemos visto con Astarté, "Reina del Cielo".
En Hechos 19.23-40 se relata la visita de Pablo a Efeso, y el alboroto que se formó cuando oyeron a Pablo predicar el Evangelio de Cristo, puesto que hablaba de un solo Dios y prohibía las imágenes, tal y como la propia ley de Dios nos manda. En éste punto, los artesanos, que hacían imágenes de la diosa Artemisa, se enfrentaron a Pablo y sus seguidores, para evitar que se fuera al traste su negocio y su cultura, dando vivas a la diosa.
Esto aclara bastante el sentimiento que la sociedad pagana tenía a sus dioses, pero en particular a la "Reina del Cielo - Madre de Dios".
Paradójicamente, fue en Efeso, en el año 43 1 D.C., cuando se celebró un concilio en el que se instituyó, como dogma de Fe, el papel de María como "Madre de Dios". El título que se le establece es el de "theotokos , que precisamente es el que disfrutaba la diosa Artemisa e lsis, pero con la diferencia de que eran la "madre de los dioses". Aquí, se cristianiza el término asimilando doctrinalmente las figuras.
Otra coincidencia, que viene al caso, es que la tradición católica sitúa los últimos años de vida de Maria en Efeso.
Pero no todo fue un camino de rosas para la asimilación. Existieron voces contrarias, corno la del condenado Nestorio, Patriarca de Constantinopla, que en el concilio de Efeso dijo. "si vosotros llamáis a María, Madre de Dios, hacéis de ella una diosa", Clemente de Alejandría, en el 200 D.C. dice "toda imagen o estatua debe llamarse ídolo porque no es otra cosa que materia vil y profana, y por eso Dios, para quitar de raíz la idolatría, ha prohibido en su culto cualquier imagen o semejanza de las cosas que están en el cielo o en la tierra, prohibiendo igualmente su fabricación; y es por esto que nosotros los cristianos no tenemos ninguna de aquellas representaciones materiales", San Cipriano "¿Para que postrarse delante de las imágenes?. Eleva tus ojos al cielo y tu corazón, allí es donde debes buscar a Dios".
Son varios ejemplos de los llamados "Padres de la Iglesia" que prohíben el uso de dichos medios para acercarnos a Dios.
María, como mediadora:
En el catecismo de la religión católica se le otorgan a María los títulos de "abogada, auxiliadora, socorro y mediadora". Es por ello que a los fieles se les enseña a rezar fervientemente a la "Virgen" dándoles la seguridad de que ella llevará sus oraciones ante el Padre.
Por supuesto, en la Palabra de Dios nunca se le atribuye a María ese papel que es ocupado, en exclusividad, por Jesucristo, quien con su muerte y resurrección se convierte en el único mediador entre los hombres y Dios, "Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre" (la Timoteo 2.5).
¿De dónde surge pues, la tradición de María como intercesora nuestra?.
Uno de los pasajes más conocidos del nuevo testamento es el llamado de "las bodas de Cana" que encontrarnos en el Evangelio de Juan, capítulo 2. María se da cuenta de que los novios no han previsto la cantidad suficiente de vino para sus invitados y pide a su Hijo que solucione el problema, pero El le contesta que no ha llegado todavía su tiempo. María acepta la voluntad de su lijo y ya no actúa más, es más, le dice a los criados que están sirviendo las mesas que hagan lo que El, su Hijo, ordene, y no le pidan nada a ella, puesto que ella no tiene poder para mediar ante Dios Padre corno hemos leído antes. La religión católica se basa en este pasaje para asegurar que María intercede ante el Hijo, sin reparar en que esto ocurre cuando Cristo estaba en la tierra, al igual que Maria y los apóstoles. Sin embargo, una vez que Cristo cumple su misión, muriendo y resucitando, para perdón de nuestros pecados, permanece junto al Padre y como único mediador entre los hombres y el Padre.
Entonces, debe existir otra base para darle esta función a María y de nuevo, nos tenernos que ir a la tradición pagana.
Fue en Babilonia, cuna de las religiones paganas, donde se veneraba a la diosa Semiramis, la cual era invocada por los fieles en una actitud mediadora ante su esposo muerto, Nimrod, que era considerado el Dios supremo. El titulo que ostentaba esta diosa era el de "Mylitta", es decir, mediadora.
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Jesucristo en la Iglesia Católica
Las Imágenes de Jesucristo.
Tal y como he explicado con anterioridad, en igual manera que cambian la Palabra de Dios adjudicándole a María atribuciones de diosas paganas, también hacen lo mismo con el propio Jesucristo.
Como hemos observado antes en la fotografía de Isis (no he sabido insertarlas, lo siento), Horus, su hijo, es representado corno un bebé dependiente de su madre. De igual manera, hay miles de imágenes de Jesús, niño, desvalido y protegido por María. Estas imágenes contribuyen a crear en la mente del creyente la falsa idea de que es María la poderosa y que su hijo depende, espiritualmente, no del Padre, sino de ella.
¿Pero existen comparaciones doctrinales entre Horus y Cristo, que faciliten su asimilación?
Así, pues Horus -es engendrado de forma sobrenatural por Ra, dios supremo, que nació de una Virgen, tuvo 12 discípulos, fue muerto y resucitado, realizó milagros, corno resucitar muertos, se le conocía como el "Ungido" y como el "Buen Pastor"...
¿Existen otras atribuciones de Horus que se le hayan agregado a Jesús y que, por supuesto, no tengan base en la Palabra de Dios?
La respuesta es que si nació un 25 de diciembre, sus festividades fueron asumidas por el cristianismo que en la actualidad son celebradas en honor de Cristo (Pasión y Muerte, Pascua de Resurrección, 1 de Enero y la Navidad). Horus quiso que su madre siguiera siendo virgen después de su alumbramiento y ya he hablado suficientemente de la doctrina católica respecto a la virginidad de Maria después del nacimiento de Cristo.
Respecto a las otras representaciones que se hacen de Cristo, tenemos que recordar que van en contra del segundo mandamiento de la Ley de Dios.
Alguna, como la del "Buen Pastor", es recogida de la mitología clásica, pues el dios Mocósforo era representado con una oveja sobre sus hombros.
En cuanto al crucifijo, más adelante afrontaré su significado.
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Representación gráfica del Padre:
Los amantes de las imágenes no han tenido suficiente con representar a María y a Jesús, sino que han hecho lo mismo con Dios Padre, sin importarles que Jesús nos explique que nadie ha visto a Dios y que el que cree en Él ya conoce al Padre y es conocido por Él: "Y el que me envió, el Padre, él ha dado testimonio de mi. Ni nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su parecer" (Juan 5.37), "No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de Dios, éste ha visto al Padre" (Juan 6.46).
La imagen más común que el catolicismo ha escogido para representar al Padre es la del "Pantocrator".
Esta imagen nos hace pensar en un Dios hierático, distante, frío y vengador, cuando el Padre es Misericordioso y Amoroso con todo aquel que hace su voluntad.
Por supuesto, los dirigentes católicos sacaron esta imagen de la tradición pagana, en este caso las asimilaciones eran claras; Ra - Zeus - Júpiter, los dioses supremos de Egipto, Grecia y Roma, que eran representados de una manera similar, con cabellos y barbas largas y blancas, como a Zeus-Júpiter por ejemplo.
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Origen de La Cruz:
En las excavaciones arqueológicas desarrolladas en Africa, Asia, America y Europa, se han encontrado numerosos restos de cruces, algunas de las cuales datan de más de siete mil años de antigüedad. De hecho, la cruz, como veremos, a sido un símbolo religioso desde su origen hasta nuestros días.
En las religiones de denominación cristiana, católica y ortodoxa, el culto y beneración de la "Cruz" está instituido como símbolo del sacrificio de Nuestro Señor.
Las iglesias protestantes, aunque no, la hacen objeto de adoración, la usan en sus templos. En general, es el símbolo cristiano por excelencia. Sin embargo, su origen es claramente pagano e idólatra.
Tanto en Babilonia como en Egipto se veneraba al dios Tammuz - Horus. Su símbolo místico era una "T", inicial de Tammuz, con el travesaño un poco bajo, es decir, una cruz. En los monumentos y templos egipcios, se ven representaciones de reyes y dioses portando cruces en sus manos. A veces, la "T" iba debajo de un círculo o redondel, es lo que se conoce como "Cruz egipcia" o "Cruz de Tau". Este culto se difunde en el mundo helenístico, donde la cruz adquiere otras formas tales como la "Cruz Griega", es decir, la que tiene todos sus lados iguales o la "Cruz Latina", con el travesaño más corto que el palo, de manera que quedan tres lados iguales que representan, según la tradición oriental, "Cielo, Purgatorio e Infierno", mientras que el más largo representaba a la "Vida".
Mucho antes de la venida de Cristo a la tierra, en Italia se consideraba la "Cruz" como símbolo de protección contra los espíritus malignos y la situaban en sus tumbas u colgando de sus collares. Esto mismo ocurría en Babilonia, Egipto o Asiría, con lo que se demuestra que el símbolo de la "Cruz" precede con mucho la era cristiana.
Pero como la vida y la muerte están tan estrechamente relacionadas en las religiones, este mismo símbolo de vida, la "Cruz", es usado igualmente desde tiempos remotos, como medio de castigo, al principio exclusivo para las clases bajas, esclavos, extendiéndose con el pasar del tiempo incluso a los ciudadanos romanos.
No se sabe con certeza sobre que clase de cruz murió Jesucristo, pero los estudiosos hablan del tipo "Latina". Sin embargo, ¿tiene alguna importancia el tipo de cruz que usaron para matar a Nuestro Señor?.
Lo importante es que por medio de su Sacrificio y Resurrección, nos libró del pecado y la muerte. A quien hay que venerar es a Cristo, no a la "Cruz", que es considerada en la Biblia como maldición: "No estará su cuerpo por la noche en el madero, mas sin falta lo enterrarás el mismo día, porque maldición de Dios es el colgado. Y no contaminarás tu tierra, que Jehová tu Dios te da por heredad" (Deuteronomio 21.23).
En cuanto al uso cristiano de la "Cruz", éste no aparece hasta el concilio de Efeso, y la imagen del "Crucifijo" hasta el siglo XI, fruto del "olvido" del segundo mandamiento, como he referido en varias ocasiones.
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